En la conferencia de prensa que se ofreció en la mañana de este jueves 30 de enero para actualizar al público sobre lo ocurrido, Donelly, apuntó que “se han recuperado 27 cuerpos de los pasajeros en el avión, y uno de los tres tripulantes del helicóptero”.
WASHINGTON (apro).– “Creemos que no hay sobrevivientes y la operación ahora dejó de ser búsqueda y rescate y pasó a ser de recolección (de cuerpos)”, informó John Donelly, jefe del Departamento de Bomberos de la ciudad de Washington, D.C. sobre el choque del vuelo 5342 de American Airlines con 64 personas a bordo y el helicóptero militar Blackhawk del Ejército con 3 militares, sobre el Río Potomac.
El miércoles 29 de enero a las 20:48 horas (tiempo local) se registró el accidente entre las dos aeronaves en la periferia del aeropuerto capitalino Ronald Reagan, ubicado a las orillas del Río Potomac.
No sabemos por qué el helicóptero (iba) en el camino del avión”, declaró Robert Isom, el presidente ejecutivo de American Airlines.
En la conferencia de prensa que se ofreció en la mañana de este jueves 30 de enero para actualizar al público sobre lo ocurrido, Donelly, apuntó que “se han recuperado 27 cuerpos de los pasajeros en el avión, y uno de los tres tripulantes del helicóptero”.
El vuelo 5342 de American Airlines procedente que salió de Wichita, Kansas hacia la capital estadunidense, operado por PSI Airlines, llevaba a 60 pasajeros y a 4 miembros de la tripulación.
El Blackhawk del Ejército realizaba un vuelo de entrenamiento sobre el Potomac con tres elementos militares y había salido del Fuerte Belvoir en el estado de Virginia.
“No descansaremos hasta recuperar todos los cuerpos”, agregó Donelly.
Por su parte, Sean Duffy, Secretario de Transporte en el gobierno del presidente Donald Trump, declaró que “se analizará el fuselaje del avión y del helicóptero” para que se esclarezca lo ocurrido.
La Agencia Federal de Aviación, las autoridades estatales y locales se encargarán de la investigación una vez que se recuperen de las aguas del Potomac al fuselaje y la caja negra de las aeronaves.
El avión, un Bombardier CRJ-700 de American Eagle, se encontraba en posición de aterrizaje volando a unos 90 metros de altura sobre el Potomac, cuando el helicóptero militar se estrelló contra él, no obstante a que minutos antes la Torre de Control del Ronald Reagan se había comunicado con los pilotos del Blackhawk y estos habían informado que estaban al tanto de la presencia del avión de pasajeros.
Duffy explicó que tanto el helicóptero como el avión se encontraban “en la ruta común y que nada era inusual” en referencia a los vuelos sobre el Potomac de helicópteros militares y privados, y de aviones para su aterrizaje o despegue de las pistas del Ronald Reagan.
Antes de este choque de aeronaves, se había registrado el último accidente trágico en el Ronald Reagan el 13 de enero de 1982, cuando el vuelo 90 de Air Florida con 74 personas a bordo, se estrelló sobre el Potomac 30 segundos después de haber despegado con hielo en las alas; solamente cuatro personas sobrevivieron al siniestro.