Alberto Vizcarra OzunAhora resulta que los grandes corporativos y fondos de inversión, como Black Rock y otros (los ganones en el esquema comercial TLCAN -TMEC) se aprovechan de Sheinbaum y sus voceros, para hacer de México la plataforma geopolítica, que desde “el flanco sur”, abogue por la permanencia de esquemas comerciales diseñados para impedir la industrialización del país y profundizar su dependencia alimentaria.
No se hace visible, en el gobierno de Claudia Sheinbaum, tampoco en la mayoría parlamentaria que tienen en el Congreso, alguna corriente o personalidad, que cuestione estas directrices fracasadas y proponga alternativas orientadas a retomar una política soberana de industrialización y fortalecimiento de la producción nacional de alimentos.
La nueva llegada de Trump al gobierno norteamericano, es indiscutiblemente una anomalía. Un síntoma inequívoco del desprecio de la población norteamericana por el “establishment liberal”. Trump es el parto de los tiempos, el fenómeno que acusa la inviabilidad de lo existente, pero no está en él la alternativa del nuevo orden que las cosas requieren. No le pidas al proverbial “chivo en cristalería” que no rompa los cristales.
Esto parece no captarlo el gobierno de Claudia Sheinbaum. Por eso terminan abogando por TLCAN -TMEC, la soga con la que han venido ahorcando a México durante más de tres décadas.