Orgullosamente originarios del sur de Sonora, la nación yaqui tiene su propio idioma, tradiciones y formas de ver el mundo
José Arrieta / EL HERALDO DE MEXICO
Aunque Cócorit se fundó oficialmente en el siglo 17, las raíces de sus habitantes se pierden en el tiempo. De hecho, sus primeros vecinos fueron los yaquis, uno de los pueblos originarios con más historia del país.
Ubicado a unos cuantos kilómetros de Ciudad Obregón, en Sonora, Cócorit es uno de los ocho pueblos que, guiados por los misioneros jesuitas, los yaquis fundaron en la margen derecha del río Yaqui.
“Cócorit, Loma de Guamúchil, Loma de Bácum, Tórim, Vícam, Pótam, Ráhum, Huirivis y Belén son los pueblos que conforman la etnia yaqui, y nosotros estamos integrados a esta comunidad que tiene más de 400 años.
“Ellos tienen su propio gobierno, no se rigen por el gobierno tradicional, tienen su propio gobernador y sus propias reglas que ese gobernador cambia cada año, tienen su propia forma de vivir su cultura, aparte de lo que nosotros estamos acostumbrados”, explica, en entrevista exclusiva para El Heraldo de México, Ana Laura Aguilar, directora del Centro Cultural Yo’o Joara.
Entre fiestas y tradiciones
La zona tradicional de la nación yaqui se extendió por el sur de Sonora e incluso alcanzó ciertas regiones de Arizona, aunque en ciertas etapas de la historia, como durante el Porfiriato, sufrió la persecución e incluso la expulsión de sus tierras.
Sin embargo, esta nación es dura y su relación con la tierra es tan estrecha que se las ingeniaron para regresar del destierro en Yucatán para volver a Sonora para realizar sus fiestas y tradiciones.
“Tienen ciertas tradiciones que durante todo el año están pendientes y atendiendo, ellos tienen cada mes tienen una festividad distinta y suceden en distintas iglesias de cada uno de los pueblos.
“Todas las festividades tienen una ritualidad y se bailan los sones de Pascola, los sones del Venado, esto sucede en una ramada tradicional que ellos mismos elaboran para esa actividad y le brindan alimentos a los danzantes y a la comunidad que se acerca a participar”, comenta Aguilar.
Una cultura viva
Aunque desde mediados de la década de los 80 el Museo de los Yaquis, que se encuentra precisamente aquí, en Cócorit, relata la historia y tradiciones del pueblo local, la creación del Centro Cultural Yo’o Joara tiene otra función.
De acuerdo con su directora, se trata de no encerrar las tradiciones y la forma de vida de los yaquis en una vitrina, sino acercarla para propiciar un diálogo entre su cultura y la del resto del país.
“Cuando vas al Museo de los Yaquis puedes encontrar la historia, cómo viven, su vestimenta, puedes encontrar esa parte histórica. Sin embargo, acá en el Centro Cultural presentamos la cultura viva.
“Como centro cultural esto nos ha permitido crear un diálogo intercultural, que es uno de nuestros principales objetivos, con el fin de que se conozca más acerca de cómo viven el mundo, cómo podemos vivirlo y aprovechar estos conocimientos” argumenta.
Las condiciones propias de la tierra sonorense, como el intensísimo sol de verano, hacen que las actividades se planeen en función de ellas, por lo que puedes encontrar abierto este Centro Cultural durante las épocas más frescas.
“Estamos trabajando con actividades permanentes de septiembre a junio, los periodos donde hace más calor acá en Sonora son de trabajo interno. Sin embargo, el centro cultural está abierto los 365 días del año, de 9:00 a 18:00 horas. Y pues ahí van a encontrar un mariposario, un hermoso jardín biológico, y también contamos con una radio comunitaria”, concluye.