Héctor Benítez
La victoria de Donald Trump en las elecciones de 2024 abre un nuevo capítulo en la política migratoria de Estados Unidos, con implicaciones profundas para millones de inmigrantes. Con una historia de políticas restrictivas en su primer mandato, su regreso plantea preguntas cruciales sobre el futuro de programas como Parole Humanitario, el TPS (Estatus de Protección Temporal), el DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia), y el proceso de asilo.
1. Reformas a los procesos de asilo y refugio
Una de las áreas clave donde es probable que se observen cambios es el sistema de asilo. En su primer mandato, Trump implementó medidas que redujeron la elegibilidad para los solicitantes de asilo, incluyendo políticas de “tercer país seguro”, donde los solicitantes debían esperar en México. A medida que busca fortalecer los controles en la frontera, se anticipa que Trump reintroduzca algunas de estas restricciones, y posiblemente imponga requisitos más estrictos, como evaluaciones de “persecución creíble” más rigurosas.
2. Futuro incierto para el DACA
El DACA, que protege a los jóvenes inmigrantes traídos a Estados Unidos de forma irregular siendo niños, también enfrenta un futuro incierto. Durante su primer mandato, Trump intentó poner fin a este programa, aunque sus esfuerzos fueron bloqueados por los tribunales. Ahora, con un enfoque renovado y el respaldo de una mayoría republicana en el Congreso, es posible que la administración busque una eliminación definitiva del DACA. Esto pondría en riesgo a cientos de miles de “Dreamers” que han hecho su vida en el país.
3. Estatus de Protección Temporal (TPS)
Trump también ha cuestionado la permanencia del TPS, que otorga permisos temporales de trabajo a personas de países afectados por conflictos o desastres naturales. Durante su administración previa, intentó reducir la elegibilidad y limitar su extensión para ciertos países, pero fue detenido a través de acciones judiciales. Ahora, su administración podría buscar una revisión más drástica del programa y restringir la extensión para miles de beneficiarios de países como El Salvador, Haití, Nicaragua y Honduras.
4. Incremento de la seguridad fronteriza
Trump ha señalado su intención de reforzar la seguridad en la frontera, posiblemente reactivando la construcción de un muro y empleando tecnología avanzada para aumentar la vigilancia. Su enfoque también podría incluir el despliegue de agentes adicionales de la patrulla fronteriza, donde se ha asomado la opción de usar a los militares y un aumento en los arrestos de inmigrantes sin estatus legal.
5. Restricciones en visas de trabajo
Por último, las políticas de inmigración económica podrían endurecerse, afectando a visas H-1B y otros programas que facilitan la entrada de trabajadores extranjeros altamente cualificados. Es probable que su administración intente ajustar estos programas para “dar prioridad a los trabajadores estadounidenses”, o que se impongan bans a ciertos países considerados peligrosos para los intereses de Estados Unidos.
Con el regreso de Trump, Estados Unidos se enfrenta a un escenario migratorio desafiante y en evolución, que requerirá respuestas y adaptaciones por parte de las comunidades migrantes y las organizaciones de apoyo.
* Héctor Benítez Cañas es abogado de inmigración en Miami. Su firma Benme Legal se dedica a la práctica exclusiva de la Ley de Inmigración. https://www.benmelegal.org/