Los nuevos documentos desvelan que las aportaciones se aceleraron en las semanas previas a las elecciones
Miguel Jiménez
El hombre más rico del mundo, Elon Musk, se gastó una pequeña parte de su inmensa fortuna en apoyar la campaña de Donald Trump para las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Los nuevos documentos registrados este jueves ante la Comisión Electoral Federal muestran que la factura pagada por el magnate fue mucho mayor de lo que se conocía hasta ahora y que acabó superando los 260 millones de dólares (cerca de 250 millones de euros), que se sepa. Con todo, la jugada le salió muy rentable. Tras las elecciones, el valor de sus empresas (y con él, el de su fortuna) se ha disparado hasta máximos históricos. Solo este jueves aumentó en 8.300 millones de dólares, alcanzando un récord histórico de 362.000 millones de dólares. Lo que aportó supone solo el 0,07% de su riqueza.
Las mayores aportaciones las realizó a través de su comité America PAC, que se centró en apoyar a Trump en los Estados decisivos y, particularmente, en Pensilvania. Esa organización financió los sorteos ―que luego resultaron no ser tales― de un millón de dólares diarios para simpatizantes de su causa. El informe registrado este jueves ante las autoridades electorales cifra las aportaciones de Musk a dicho fondo en 238,52 millones de dólares.
Además, este jueves se ha conocido también que Musk aportó 20,5 millones de dólares a un hasta ahora misterioso comité político llamado RBG PAC. Su único financiador, según la documentación oficial, fue el fondo Elon Musk Revocable Trust, domiciliado en Austin (Texas), donde el magnate tiene su residencia. Depositó esa cantidad el 24 de octubre. La organización, que no reveló sus donantes antes de las elecciones, lanzó anuncios, correos electrónicos y mensajes de texto en los que afirmaba que Trump no apoyaba una prohibición federal del aborto y, con todo el descaro, equiparaba la posición del candidato republicano a la de la fallecida juez progresista del Tribunal Supremo Ruth Bader Ginsburg (de cuyas iniciales toma el nombre el comité).
Los nuevos documentos desvelan que Musk donó además a finales de octubre tres millones de dólares a la MAHA Alliance, un comité que apoyaba la campaña Hacer Estados Unidos saludable de nuevo, de Robert F. Kennedy, que por entonces ya era también aliado de Trump.
En total, pues, Musk aportó solo a esas tres organizaciones 262 millones de dólares, lo que le convierte en el donante más generoso conocido de la campaña republicana, superando los 197 millones del magnate Timothy Mellon, partidario también de Trump. Probablemente, haya aportaciones adicionales a otras organizaciones. Bloomberg cifra el total de Musk en 274 millones, sin detallar el desglose.
Tras las elecciones, Musk se ha convertido en la aparente mano derecha de Trump. Le acompañó durante días en Mar-a-Lago, fue con él a Nueva York a una velada de lucha libre y le invitó al lanzamiento de un cohete a la base de SpaceX en Brownsville (Texas).
El magnate ha recibido el encargo de dirigir, junto a Vivek Ramaswamy, el autodenominado Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un organismo que no existe oficialmente, encargado de propugnar una reforma drástica de la Administración, pero también de eliminar regulaciones. Desde su puesto (que no es oficial y, por tanto, escapa del régimen de incompatibilidades y conflictos de intereses de los funcionarios) Musk puede favorecerse a sí mismo. Tendrá poder o capacidad de influir sobre los reguladores que considera que están frenando el desarrollo de sus negocios. Podrá dotarse de un marco normativo más favorable en los coches autónomos (Tesla), el lanzamiento de cohetes (SpaceX), la inteligencia artificial (xAI) y los implantes informáticos para el cerebro (Neuralink).
Trump, además, ha ido nombrando a destacados aliados suyos para puestos destacados de la Administración, incluido el astronauta aficionado Jared Isaacman para director de la NASA, el principal cliente de su empresa SpaceX. David Sacks, el futuro “zar de las criptomonedas y la inteligencia artificial” nombrado este jueves por el presidente electo, es otro viejo conocido del magnate. Ambos forman parte de la conocida como “mafia de PayPal”, pues fueron cofundadores de dicha empresa de pagos. Musk tiene una nueva empresa de inteligencia artificial, xAI, que ha alcanzado una valoración astronómica en apenas un año, del orden de los 40.000 millones de dólares. Acaba de cerrar una ronda de financiación en la que ha captado 6.000 millones de dólares, según comunicó este mismo jueves a la Comisión de Valores y Bolsa de Estados Unidos, la SEC. Sacks es partidario de una regulación laxa para las criptomonedas y la inteligencia artificial.
Musk estuvo este jueves reunido en el Capitolio con el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson; el líder de la mayoría republicana en el Senado, John Thune, y luego con un amplio grupo de congresistas del partido de Trump para hablar de sus planes de supresión de regulaciones y recortes de gasto. El magnate insistió en su idea de obligar a los funcionarios a trabajar toda su jornada de forma presencial, en parte con el objetivo de que algunos prefieran dejar la Administración.
Musk fue uno de los protagonistas inesperados de la campaña de las presidenciales. Ya en mayo se supo que Trump contaba con él para su equipo si ganaba las elecciones. Más adelante, el propio candidato confirmó que le encargaría una reforma “drástica” de la Administración si resultaba elegido. Incluso en la junta de accionistas de Tesla de junio, Musk habló de su relación con el republicano, y de cómo le llamaba a veces. “Me llama sin motivo. No sé por qué, pero lo hace”, dijo.
Tras el intento de asesinato de Butler (Pensilvania), Musk ofreció su apoyo explícito al republicano, con el que luego hizo campaña en algunos mítines. El propio magnate protagonizó en solitario sus propios e inclasificables actos de campaña en que demonizaba a Kamala Harris. Al tiempo, desde su red social X, no paraba de difundir bulos y desinformación favorable a los republicanos y perjudicial para los demócratas.
Después de las elecciones, se convirtió en el “primer amigo” del presidente. Este mismo jueves, Trump ha difundido a través de su red social, Truth, un fotomontaje en que se le ve sentado en el Despacho Oval, con Musk de pie a su derecha. Aunque también podría tomarse por un mayordomo o asistente, lo que parece simbolizar esa imagen es que le tiene como una especie de mano derecha.
Durante el año electoral, la riqueza de Musk ha aumentado en unos 133.000 millones de dólares, el mayor incremento entre todos los multimillonarios. Casi todo el aumento se ha producido en menos de dos meses, especialmente después del triunfo de su candidato en las urnas. El pasado 23 de octubre, la riqueza del magnate estaba valorada en 237.000 millones y ahora, en 362.000 millones. Las donaciones a la campaña de Trump le han salido rentables.