- A pesar de la relevancia ecológica de las Lagunas Yavaros-Moroncarit y su estatus de protección bajo la Convención Ramsar, el humedal enfrenta amenazas permanentes de contaminación.
- Las Lagunas Yavaros Moroncarit, ubicadas al norte de México, en el municipio de Huatabampo, Sonora, es un humedal que ha logrado sobrevivir adaptándose a las altas temperaturas y a la contaminación industrial de las empresas que desde hace 41 años se establecieron en la zona.
- Grupos ambientalistas realizan esfuerzos de limpieza y restauración, pero la responsabilidad principal recae en el gobierno mexicano que ha mostrado poca acción ante la muerte masiva de peces y la aplicación de sanciones por contaminación.
Priscila Cárdenas / MONGOBAY MEXICO
Las lagunas Yavaros Moroncarit ubicadas en el municipio de Huatabampo, en el árido estado de Sonora, es quizás el humedal más resiliente de México. Ni las altas temperaturas, ni la sequía, o la permanente amenaza de contaminación provocada por la bahía industrial que se instaló en la zona hace 41 años, han sido capaces de acabar con este rico ecosistema de manglares, que sirve de refugio temporal y permanente para aves migratorias y otras especies que han encontrado su casa en este espacio desértico.
Ubicada en la costa este del Golfo de California, las lagunas albergan 10 mil hectáreas de manglares, bajos de arena, planicies fangosas, algas y pastos marinos donde habitan peces y crustáceos, así como unos 85 mil individuos de 19 especies de aves migratorias que año tras año llegan desde Canadá y Estados Unidos.
Este lugar forma parte de la zona de influencia de las Áreas de Protección de Flora y Fauna Islas del Golfo de California-Sonora, y al ser reconocido como Sitio de Importancia Regional por la Red Hemisférica de Reservas para Aves Playeras, es un área vigilada por la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, instancia oficial encargada de impulsar la conservación de la diversidad biológica y ecosistemas de México.
A diferencia de los otros manglares que hay en México —que pueden alcanzar hasta los treinta metros de altura— los de Sonora llaman la atención porque son “chaparritos”. Miden máximo siete metros.
Además, se distinguen porque tienen estructura arbórea, asegura la investigadora Zulia Mayari Sánchez Mejía, presidenta del Comité Mexicano de Manglares, quien describe cómo los manglares del Moroncarit se han sabido “adaptar” al tomar forma de arbusto, una característica que los diferencia de otros.
“Los manglares son especies que tienen una gran plasticidad, que se adaptan y que han podido crecer en condiciones naturales extremas como ocurre en esta zona”, explicó la investigadora, y agregó que esta adaptación del ecosistema ha beneficiado a esta zona desértica. “Son protección de todo lo que esté detrás de ellos, hay lugares donde se han quitado los manglares y vemos cómo se pierde la infraestructura”.
La importancia ecológica de Moroncarit, reconocido desde el 2011 como un humedal de importancia internacional por la Convención Ramsar, no ha sido, sin embargo, sinónimo de protección para el ecosistema.
Mortandad de peces
El 17 de enero de 2023 pescadores de Yavaros, Sonora, capturaron con sus teléfonos celulares imágenes impactantes: miles de peces muertos flotaban en las aguas del puerto. No era un evento aislado, pero sí la primera vez que el tema tomaba gran visibilidad y, gracias al alcance de las redes sociales, la situación le dio la vuelta al mundo.
Han transcurrido casi dos años de este caso y las autoridades mexicanas no han emitido una explicación de qué provocó la mortandad, lo cual preocupa a los ambientalistas locales e investigadores.
“Sabemos que es un problema y no ha pasado nada, las autoridades pueden suponer a qué se debe, pero no realizan un estudio como tal, aplicando la ciencia, yendo a monitorear, haciendo análisis de agua y de los sedimentos para saber qué está pasando con los organismos. Y en caso de que se haya hecho un estudio, no se hizo público”, dijo el investigador Jony Torres, biólogo del Instituto Tecnológico del Valle del Yaqui, quien también se ha especializado en manglares.
La presidenta del Comité Mexicano de Manglares, Zulia Sánchez, coincide en la importancia de que se analice la calidad del agua en el sitio. “Sería bueno tener estudios recientes para saber qué está pasando, sería una oportunidad importante para el municipio de Huatabampo”.
La importancia de conocer qué fue lo que ocasionó la mortandad de peces en Yavaros es fundamental pues, al identificar los riesgos, se podrían tomar medidas al respecto para evitar afectaciones en el área de los humedales de las lagunas Yavaros Moroncarit.
“Los manglares tienen capacidad de adaptarse y de crecer en condiciones que a lo mejor otras especies no podrían, pero yo creo que todavía no tenemos un estudio súper concreto de la cobertura de manglar para esta región”, recalcó la investigadora Sánchez Mejía.
Por su parte, Torres comenta que en los manglares se refugian muchas especies y si las condiciones del agua cambian por la contaminación, “viene la mortalidad y vamos a perder pesquerías y biodiversidad. Puede haber especies que desaparezcan por contaminación latente”, señaló.
El biólogo Salvador Jáuregui Santacruz, especialista en humedales y quien trabaja actualmente en la Dirección de Conservación de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable de Sonora, detalló que en México los ecosistemas de manglares están protegidos por la Norma Oficial Mexicana número 59, lo cual indica que talarlos o hacerles cualquier daño está en contra de la Ley. Este reglamento también indica que todas las especies de mangle del país se consideran especies amenazadas y están sujetas a protección especial.
“Son ecosistemas que de por sí son frágiles o delicados y el que más los afecta es el humano con actividades como el turismo, la acuicultura y, sin duda, la contaminación”, agregó Jáuregui.
Falta de estudios y de transparencia
Pese a que la Comisión Estatal de Protección contra riesgos sanitarios del Estado de Sonora emitió, en su momento, un comunicado luego de la mortandad de peces —en el cual exhortaban a pescadores a “abstenerse de vender productos de la pesca con el fin de proteger la salud de los habitantes y evitar intoxicaciones en la población”— hoy señalan desconocer el tema, de acuerdo con lo respondido a una solicitud de acceso a la información pública para este reportaje.
“Es importante realizar estudios cuando pasan este tipo de eventos. No sé si haya temor por parte de las autoridades de que los culpables sean las grandes empresas”, dijo el investigador Jony Torres, al referirse a las industrias que se encuentran establecidas en el lugar, entre las que se encuentran las de transformación, conservación y comercialización de productos del mar, harina y aceite de pescado y envasado de mariscos. También está una planta de almacenamiento y distribución de combustible.
“Es importante que el municipio de Huatabampo tenga información de la calidad del agua en varios puntos para saber qué es lo que está pasando”, indicó la investigadora Zulia Sánchez.
Para Víctor Manuel Siaruqui Ruíz, ecologista y habitante del lugar, es un problema que tampoco haya una planta tratadora de aguas residuales en la ciudad de Huatabampo. Siaruqui es voluntario en labores de conservación y recuperación del sistema lagunar afectado por tala y contaminación.
“Las aguas son altamente tóxicas, ya que en estos drenes descargan los municipios de Huatabampo, Etchojoa y Navojoa. Ellos vierten sus aguas residuales que ya vienen contaminadas con fertilizantes. Es grave la contaminación a la que están expuestas las lagunas”, apuntó.
Zulia Sánchez señaló que no hay investigaciones recientes que traten el tema de contaminación en las lagunas y bahía de Yavaros, sin embargo, recuerda que hace más de tres décadas el Instituto Tecnológico de Sonora realizó algunos estudios.
“Hicieron investigaciones hace treinta años alrededor de toda esa bahía en términos de calidad del agua, pero no hay información publicada. Estuve preguntando y no he podido dar con los estudios”, expresó la científica.
Lo que sí es cierto es que la misma ficha informativa elaborada por Ramsar en 2012, cuando Moroncarit recibió el nombramiento como humedal de importancia internacional, especifica que de no tomarse acciones que protejan el ecosistema, las especies de flora y fauna resultarán afectadas.
“Los impactos acumulados de estas actividades [humanas] están llevando a un incremento de la fragmentación y destrucción del hábitat del humedal y ecosistema de manglar; aunado a las modificaciones del patrón hidrológico superficial por construcción de canales de llamada y drenes de granjas camaronícolas y agrícolas, asolvamiento y contaminación por residuos sólidos, descarga de aguas residuales urbanas, agrícolas, acuícolas, y aguas de cola del procesamiento industrial de productos pesqueros. Se observan signos de sobreexplotación de las especies cinegéticas [animales autorizados para ser cazados] y mortalidad de otras especies no cinegéticas”, se indica en el documento.
Muchas leyes, pero poca vigilancia
De acuerdo con la información proporcionada por el municipio de Huatabampo a través de una solicitud de acceso a la información pública, son cinco las empresas establecidas en el puerto y sólo tres cuentan con plantas tratadoras de aguas residuales.
Las empresas Del Centro S.A de C.V, Pacífico Industrial S.A de C.V e Industrial del Pacífico S.A de C.V, que se dedican a transformación, preparación y comercialización de productos del mar, sí cuentan con sistemas de tratamiento. Mientras que Combustoleos de Sinaloa, dedicada al almacenamiento y distribución de combustible, e Industrias Barda S.A de C.V, cuyo objeto es la producción de harina y aceite de pescado, carecen de ellas.
Pese a que en México existen varias leyes que regulan el tema como la Ley Federal del Mar, la Ley de Bienes Nacionales y la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente, no se han registrado sanciones o clausuras a las empresas que no tienen plantas de tratamiento de aguas residuales, de acuerdo con las respuestas entregadas por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) través de solicitudes de acceso a la información pública.
Y es que el tema de la vigilancia al medio ambiente y la emisión de sanciones a empresas ha sido constantemente cuestionado en Sonora, principalmente desde el 6 de agosto de 2014, cuando en el estado ocurrió una tragedia ecológica que fue catalogada como “el peor desastre de la industria minera en México”.
La empresa Buenavista del Cobre, propiedad de la compañía Grupo México, derramó 40 mil metros cúbicos de lixiviados de cobre en los cauces de los ríos Sonora y Bacanuchi, contaminando el agua que abastecía a siete municipios y afectando a 22 mil personas que habitaban en esa región.
Las autoridades encargadas de vigilar la operación de las empresas y de emitir las sanciones son las mismas que actualmente supervisan la bahía de Yavaros: la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales y Profepa.
En el caso del río Sonora, tras el desastre ambiental, Buenavista del Cobre recibió una multa de 2 millones de dólares, mientras que las personas afectadas, hasta la fecha, siguen sufriendo las consecuencias de la tragedia. Según la organización Poder Latam –instancia que ha acompañado a las víctimas desde el inicio–, 10 años después del suceso las personas siguen expuestas a contaminantes, pues los datos de la Comisión Nacional del Agua arrojan la presencia de arsénico, cobre, mercurio, manganeso y plomo en el agua que beben los habitantes.
Luego de la contingencia en el río Sonora surgieron grupos ciudadanos que se unieron para exigir justicia. La comunidad académica también llegó a esa zona para realizar investigaciones.
“La mejor forma en que funcionan las cosas es cuando las organizaciones de la sociedad civil están observando. Son muchas a nivel Sonora que se dedican a la conservación, restauración y a denunciar. Esto sirve mucho porque la gente sabe que los estamos observando y si están haciendo algo mal, vamos a denunciar”, afirmó el investigador Jony Torres.
Acciones y sanciones limitadas
El trabajo de las autoridades locales es limitado, pues las lagunas Yavaros Moroncarit es un área natural nacional protegida, por lo que su cuidado es responsabilidad del gobierno mexicano. Las instancias municipales y estatales tienen poca intervención.
Por ejemplo, las labores ejecutadas por el municipio de Huatabampo se limitan a campañas de concientización y realización de limpieza a través de la vinculación entre clubes ecológicos y sociedad civil.
“Pláticas, conferencias, talleres, instalación de infografías cercanas a los humedales, son algunas de las acciones que implementa la autoridad local para cuidar de los manglares”, señaló la Alcaldía.
El Gobierno de Sonora respondió a través de la Comisión de Ecología y Desarrollo Sustentable que no implementa ningún tipo de actividad encaminada a proteger esta área. “La Dirección General de Conservación no cuenta con un plan, estrategia, guía de conservación y/o acciones que se toman en el área complejo lagunar Yavaros-Moroncarit”, respondieron. Asimismo, resaltaron que no cuentan con documentos como estudios, informes o algún tipo de evidencia sobre si Yavaros-Moroncarit se ha estudiado previamente, ya que el lugar es competencia de las autoridades a nivel nacional.
El gobierno de Sonora dijo que tienen un proyecto que trabaja en la restauración y conservación de manglares pero que, desde 2017, se ha enfocado únicamente en el Estero “El Soldado”, ubicado en el puerto de Guaymas, a 253 kilómetros de las lagunas.
Por otro lado, la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas también respondió a través de una solicitud de acceso a la información y aseguró que no tiene información referente a programas, actividades o proyectos encaminados a darle promoción al complejo lagunar.
Con respecto a las sanciones, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) respondió que sólo tienen 23 inspectores asignados para todo el estado de Sonora (que tiene 72 ciudades).
Además, en los datos proporcionados vía transparencia, reconocieron que ha disminuido el número de vigilantes a través de los años ya que en 2014 eran 41 inspectores. Hoy son prácticamente la mitad.
Desde el 2014 la Profepa interpuso 10 sanciones en la bahía de Yavaros, todas contra actividades que no contaban con autorizaciones en materia de impacto ambiental. Se amonestó con multas económicas que variaban entre los 730 dólares y los 10 mil dólares. Sólo una derivó en una clausura definitiva de la actividad, pero la entidad no brindó nombres ni mayores detalles sobre el caso.
Los datos proporcionados por acceso a la información pública no especifican la fecha ni el nombre de las empresas que violaron la reglamentación federal, por lo que no es posible conocer si hubo o no relación con el evento de mortandad de peces registrado en el 2023.
“El problema es que no hay información ni se ha generado un estudio científico donde un investigador vaya a medir qué provocó la mortalidad. Probablemente no exista la información”, señaló Jony Torres Velásquez, biólogo del Instituto Tecnológico del Valle del Yaqui.
A la ausencia de estudios especializados y a la falta de sanción para las empresas que no cuentan con planta de tratamiento de aguas residuales se suma que el municipio de Huatabampo tampoco tiene sistema de saneamiento de aguas residuales.
Se estima que la instalación de una planta de tratamiento tendría un costo de 20 millones de dólares, una obra que, según el Plan Hídrico Sonora 2023-2053, podría llevarse a cabo en los próximos años. Sin embargo, el documento no especifica una fecha exacta.
“A nivel local hay mucha conciencia ambiental pero a nivel institucional y gubernamental no. Faltan proyectos que ayuden a seguir implementando medidas de conservación”, argumentó la investigadora Zulia Mayari Sánchez Mejía, presidenta del Comité Mexicano de Manglares.