Con 80 variedades cultivadas, la entidad es uno de los mayores productores y exportadores del fruto
Judith Santiago / THE FOOD TECH
El cambio climático supone un reto adicional para la agricultura en México, impactando la producción de cultivos, como la uva.
En zonas como la costa de Hermosillo, Sonora, el incremento de las temperaturas y las olas de calor están alterando los patrones de producción, lo que resalta la necesidad de implementar prácticas agrícolas más resistentes y sostenibles.
No obstante, gracias al uso de tecnología avanzada, técnicas agrícolas sostenibles y la colaboración entre los productores de uva de mesa, esta región del noroeste de México se ha convertido en un importante centro de producción global y en uno de los principales productores de este fruto en México.
“Adoptar prácticas sostenibles, desde los productores hasta los distribuidores y consumidores finales, no solo garantizará la viabilidad a largo plazo del sector, sino que también promoverá un crecimiento económico equitativo y sostenible”, comenta Samantha Rodríguez, Sr. Sustainability Manager para LatAm de CHEP, una empresa de transporte de mercancías.
De hecho, Sonora se ha colocado como uno de los mayores productores de uva en México, destacándose tanto en la producción de uva de mesa como de uva pasa.
Con alrededor de 80 variedades cultivadas, los agricultores han diversificado su oferta, alcanzando un valor de producción de 850 millones de pesos.
Vocación exportadora
Además, exportan a 46 países, con Estados Unidos como el principal destino, importando más de 10 millones de dólares anuales en este producto.
“El éxito de Sonora se debe en gran medida a la adopción de tecnologías avanzadas de agricultura, que permiten un riguroso control sanitario y una producción de alta calidad. Esta combinación de conocimiento tradicional e innovación tecnológica asegura que los productos cumplan con los estándares más exigentes de los mercados internacionales”, dijo indicó CHEP en un comunicado.
En los últimos años, la industria agrícola ha sufrido una transformación importante, impulsada por la incorporación de tecnologías avanzadas y prácticas sostenibles.
El uso de sistemas de riego por goteo, la optimización de microclimas y la adopción de la rotación de cultivos se han convertido en estrategias fundamentales para aumentar la eficiencia de la producción y minimizar el impacto ambiental, señaló la compañía de transporte.
Además, el uso de fertilizantes orgánicos y la búsqueda de una producción más sustentable reflejan el compromiso del sector con el cuidado del ambiente, permitiendo a los productores adaptarse a las tendencias del mercado global.
Hace falta infraestructura logística
Sin embargo, a pesar de los avances del sector agrícola mexicano siguen presentes los desafíos. La falta de infraestructura adecuada, como carreteras y almacenamiento en frío, limita la eficiencia en el transporte y distribución de productos.
Mejorar estas infraestructuras no solo reduce costos, sino que también fortalece la competitividad de los productos mexicanos en mercados globales.
Además, muchos agricultores, sobre todo los de pequeña escala, se enfrentan a barreras para acceder a financiamiento para invertir en tecnología y mejorar sus exportaciones.
Por lo que los programas que faciliten el acceso al crédito y a los servicios financieros son esenciales para estimular el crecimiento y la modernización del sector agrícola.
Otros desafíos latentes para las empresas que tienen como meta reducir las emisiones en su cadena de suministro ha sido la adopción de prácticas sostenibles, incluyendo el uso de tarimas certificadas para el manejo y transporte de productos.
Estas tarimas optimizan la logística y aseguran la calidad de los productos durante su traslado.
Al integrar soluciones sostenibles en el sector logístico, las empresas no solo cumplen con los estándares internacionales de seguridad alimentaria, sino que también contribuyen de manera significativa a la reducción de la huella de carbono y al uso más eficiente de los recursos naturales.