Marcela García / BOSTON GLOBE
A primera vista, el juego de lotería que la campaña de Rubén Gallego diseñó para distribuir como folleto promocional entre los votantes de Arizona parecía un truco publicitario un tanto condescendiente.
Sin embargo, cuando vi bien las fotos de la lotería en mis redes sociales, pensé, ¿cómo hago para obtener una?
La lotería mexicana es un juego de mesa tradicional similar al bingo en el que, en lugar de números, se utilizan cartas ilustradas con varias imágenes y nombres específicos. Cada jugador recibe un tablero con 16 imágenes distintas, y un anunciador va sacando cartas de un mazo y diciendo en voz alta el nombre de cada imagen, como “la luna” o “el corazón”.
La versión de Gallego tiene fotos de Kari Lake — la republicana aliada de Trump a la que Gallego derrotó para convertirse en el primer Senador latino de Arizona — etiquetada como “la mentirosa” y “la peligrosa”.
La contienda entre Gallego y Lake fue reñida y solo vino a decidirse oficialmente a favor de Gallego esta semana. La victoria del demócrata representa un hecho positivo importante en unas elecciones por lo demás nefastas para su partido. El modo en que Gallego condujo su campaña en Arizona, donde 1 de cada 4 votantes es latino, contiene lecciones importantes para los demócratas a la luz del pobre resultado del partido en las elecciones presidenciales.
La victoria de Gallego marca la cuarta victoria consecutiva del partido en el escaño del Senado en el estado, tras el éxito de Kyrsten Sinema en 2018 y las victorias de Mark Kelly en 2020 y 2022. Nacido de madre colombiana y padre mexicano, Gallego fue congresista durante cinco mandatos y además perteneció a los US Marines. Su victoria le añade al Senado la tan necesaria diversidad hispana. Gallego y el republicano Bernie Moreno, que se convirtió en el primer senador latino de Ohio al desbancar al demócrata Sherrod Brown la semana pasada, aumentaron de cinco a siete el número total de miembros hispanos en el Senado.
¿Cómo hizo para ganar Gallego, que solía ser conocido como un acérrimo progresista, en un estado en el que la vicepresidenta Kamala Harris perdió contra Trump 46-52? Notablemente, Gallego ganó entre los votantes latinos por un margen de 37 puntos. Aunque Trump ganó Arizona, Harris ganó entre los latinos allí, pero lo hizo con un margen de sólo 14 puntos.
Lo que me lleva de nuevo a los tableros de lotería de Gallego. Aunque a muchos les parezca como un intento de ganarse a los latinos con gestos vacíos, también la lotería es un símbolo de cómo Gallego llevó a cabo una campaña culturalmente sensible, que también incluyó hablar con los votantes en rodeos mexicanos, fiestas para ver peleas de boxeo y carne asadas.
Lo interesante es que Gallego también fue más allá de su identidad latina. Su campaña tenía un mensaje renovado y más moderado que hacía hincapié en la seguridad fronteriza en primer, segundo y último lugar — que, por cierto, también apeló a los votantes latinos, muchos de los cuales consideran urgente y caótica la crisis de inmigración en la frontera. De hecho, el primer anuncio televisivo en español de Gallego se centró en la seguridad fronteriza.
En otras palabras, Gallego no evitó la frontera, como suelen hacer los demócratas, sino que la puso en el centro de su campaña. Abogó por más agentes de la patrulla fronteriza e incluso por la construcción de un muro fronterizo en determinadas zonas, una idea que había denunciado anteriormente. También destacó un mensaje económico para los votantes, centrándose en las luchas de la clase trabajadora desde un punto de vista pragmático y hablando de la necesidad de hacer frente a la inflación. En cuanto al derecho al aborto, tema clave para muchos votantes, mantuvo una postura firme de protección del acceso a este procedimiento.
Es imposible ignorar que Gallego estaba compitiendo contra una mujer. Dado que la misoginia probablemente desempeñó un papel en la derrota de Harris, tal vez la misma dinámica podría haberle ayudado a Gallego en Arizona. Y también podría haberse beneficiado de haber cambiado de opinión sobre el uso del término “Latinx” después de haberlo adoptado en un principio. Como congresista, prohibió a su personal utilizar el término porque muchos latinos lo consideraban inapropiado, “impuesto a la comunidad” y “proveniente en su mayoría de progresistas blancos”. Dado que un estudio de Harvard reveló recientemente que “Latinx” motivaba a algunos votantes latinos a rechazar a los candidatos demócratas que lo utilizaban, la postura de Gallego sobre el término probablemente le ayudó.
Al moldear algunos de sus ideales progresistas y combinarlos con mensajes prácticos y más centristas, Gallego mostró un enfoque que parece haber funcionado en todas las líneas demográficas. Puede que no funcione en todas partes, pero la estrategia de Gallego ofrece una ruta para los demócratas que buscan atraer de nuevo a los votantes latinos a su coalición.
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