El designado por Trump como su secretario de Estado, mantiene firmes sus críticas contra López Obrador por haber “simulado” una guerra contra el narco con su estrategia de “Abrazos, no balazos”
Mario Camarillo Cortés
Veintinueve meses después aquel 7 de junio del 2022, cuando el ahora designado secretario de Estado de EU, el actual senador por Florida, Marco Rubio, lanzó contra Andrés Manuel López Obrador la acusación de haber entregado medio territorio al crimen organizado, ésta sigue firme en el legislador.
Con la elección presidencial ganada por el republicano Donald Trump, quien colocó ya en su gabinete a antiinmigrantes que coquetean con el racismo, sorprendió su anuncio de que su secretario de Estado sería el senador Marco Rubio, un político conocido por su postura firme contra las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
En el caso particular de México, Rubio ha lanzado constantes críticas por haber “simulado” una guerra contra el narco con su estrategia de “Abrazos, no balazos”. De origen cubano, ha sido muy insistente desde el Senado en abordar con rigor el narcotráfico como una prioridad de seguridad nacional estadunidenses. Ahora su voz será una de las más influyentes en el gabinete e Donald Trump.
Tiene especialmente dirigidos sus reflectores hacia López Obrador, al que le ha hecho señalamientos de vínculos con el Cártel de Sinaloa. Medios estadounidenses no han quitado el dedo del renglón y señalan que, según investigaciones de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA), el exmandatario habría recibido dinero para su campaña presidencial en el 2006 cuando fue candidato por el Partido de la Revolución Democrática, y posteriormente para su campaña presidencial del 2012 y la que lo llevó al Ejecutivo Federal en el 2018.
LA ACUSACIÓN
El senador Marco Rubió, recordó algunos antecedentes de AMLO y el 7 de junio del 2022, en mensajes que publico en su cuenta de la red social Twitter, ahora X; denunció que López Obrador “ha entregado secciones de su país a los cárteles de droga”, declaración que se registró en el marco de la Novena Cumbre de las Américas que se celebró en Los Ángeles, California, y a la que López Obrador no asistió, protestando por haberse excluido a Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Un día después, el 8 de junio, el entonces mandatario mexicano respondió desde Palacio Nacional que si el senador Rubio tenía pruebas de sus acusaciones que las presentara.
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