Diego Osorno
Escala en Lima, hotel Holiday Inn Callao, antes de volar a una ciudad franqueada a la vista por siete bellos volcanes llamada Arequipa, donde además hay una Catedral que tiene un demonio tallado en madera en su interior. Mientras duermo sueño una caminata de madrugada por el malecón de Miraflores, sin timón y en el delirio, como propone Mario Santiago Papasquiaro.
Al día siguiente, sintiéndome aún más lejos del norte, ya estoy al pie del Valle del Colca, con la esperanza de ver cóndores pero me reciben canciones de los Hombres G y poemas de Oliverio Girondo. El sol arequipeño me recuerda el sol sonorense.
Voy a una tertulia titulada “Revistas” en mi agenda de viaje del Hay Festival. Uno de los participantes lamenta la grave crisis de las publicaciones impresas, otra celebra el surgimiento de Branca, revista catalana de narrativa hecha solo por mujeres; mientras que el editor de la desaparecida pero inolvidable peruana Etiqueta Negra, Julio Villanueva Chang, desvía la conversación de lo derrotista y lo esperanzador hacia un extraño lugar.
Facility es un magazín sobre baños, explica. “Comer alimentos y eliminar los desechos son fundamentales para la experiencia humana. Pero, si bien existe una sólida cultura en torno a la comida, prácticamente no existe ninguna en torno al inodoro”, plantean a su vez los editores de la revista publicada en Nueva York, para luego desvelar su credo: “En términos conversacionales, arquitectónicos, políticos y artísticos, dedicamos muy poco tiempo a celebrar o criticar este espacio que visitamos (y las cosas que hacemos allí) todos los días”.
Tras ahondar en Facility, al describir algunos de sus artículos, Chang provoca intriga, asco y risas entre el público. En el punto más álgido de su digresión, protesta por qué hay revistas sobre el diseño de casas de verano o de restaurantes que no podemos pagar, pero no sobre el diseño del papel higiénico con el que nos limpiamos el culo. El moderador, Felipe Restrepo, busca devolverle cordura a la escatológica conversación editorial.
Asombro y conocimiento, justo es la pequeña magia que debe procurar una revista en estos tiempos aciagos, llenos de verdades prefabricadas e indiferencias totales. No sé por qué -o tal vez sí-, pero de repente, de la propuesta de Mario Santiago Papasquiaro en mi sueño reciente del malecón he pasado a pensar ahora en el divo Marcello Mastroianni hablando de la vejez no como deterioro del cuerpo, sino como ese tipo de enriquecimiento del espíritu que se puede apreciar en algunas fotos de Martín Chambi.
Tras la tertulia, chismeo con el mago Chang sobre revistas, arte conceptual, propuestas, monstruos y el cuy (nombre peruano de las deliciosas ratas de campo que nos dan de comer). Misti, mi volcán preferido de Arequipa, atestigua la charla secreta.