No vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos’, dice Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona.
La comunidad migrante en Arizona (EE.UU.) recibió un doble golpe con la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales y la aprobación en las urnas de una de las más severas propuestas migratorias que criminaliza la migración irregular.
“Esto sin duda es un duro golpe para nuestra comunidad migrante en Arizona, sin embargo no vamos a dejar que pisoteen nuestros derechos”, dijo a EFE Isabel García, directora de la Coalición de los Derechos Humanos en Arizona, sobre un nuevo mandato del expresidente Trump (2017-2021).
El líder republicano ha prometido deportaciones masivas y revivir otras de sus polémicas políticas, como la construcción del muro fronterizo.
La activista, además, teme el impacto ecológico del muro fronterizo, así como la separación de familias.
Sin embargo, para García no fue sorpresa la victoria de Trump porque los demócratas “fallaron” al no defender a la comunidad migrante y resaltar los múltiples estudios sobre sus contribuciones económicas a los Estados Unidos.
Dora Rodríguez, directora de la Fronteras Compasivas, organización que se dedica a asistir a migrantes en la frontera de Arizona y colocar agua en el desierto, teme que regresará la persecución y el acoso federal en contra de grupos proinmigrantes.
El nuevo gobierno de Trump “podría incrementar aún más la presencia de milicias civiles armadas que se sienten con el derecho y el respaldo del gobierno republicano para intimidar y acosar a los migrantes y los voluntarios que ofrecemos ayuda humanitaria”, dijo.
Rodríguez subrayó que actualmente hay un promedio de 1,000 deportaciones al día en la frontera de Arizona, algo que podría incrementarse con Trump.
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“Temo que esto también incrementará las muertes en la frontera, porque ahora los migrantes, en vez de entregarse voluntariamente a la Patrulla Fronteriza, buscarán internarse por peligrosos caminos en el desierto para evitar ser detectados”, dijo la activista.
Aseguró que la victoria de Trump no termina con las causas fundamentales de la migración irregular, “así que seguiremos viendo migrantes en la frontera”.
Una amenaza mayor
Por otro lado, los votantes aprobaron ayer la propuesta 314, una de las leyes estatales más severas en contra de la migración irregular en el país, que convierte en un crimen cruzar la frontera con México de manera irregular y otorga poderes migratorios a la policía.
“Esta ley es mucho peor que la SB1070, debido a que fue aprobada por los votantes es prácticamente imposible revocarla en la legislatura estatal”, dijo a EFE Lydia Guzmán, representante de la organización Chicanos por la Causa en Arizona, quienes promovieron arduamente el voto latino.
Guzmán considera peligroso que otorga “inmunidad” a los policías cuando aplican esta ley, lo que podría desencadenar múltiples violaciones a los derechos civiles y discriminación contra ciudadanos latinos.
La Propuesta 314, aprobada con el 63% de los votos, permite a los departamentos de policía arrestar a migrantes indocumentados, así como aplicar leyes federales de migración.
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Al mismo tiempo otorga el poder a jueces estatales (no de inmigración) de emitir órdenes de deportación.
La Propuesta 314 establece además sanciones contra aquellos migrantes indocumentados que presentan documentación falsa para obtener beneficios públicos o aplicar para un empleo.
“Esto afectará sin duda a los hijos de migrantes indocumentados, ciudadanos estadounidenses que podrían perder sus beneficios debido a que sus padres tendrán temor a aplicar por beneficios a los que tienen todo el derecho, lo que significa que se quedarán sin seguro médico y pasarán hambre”, dijo Guzmán.