Es el día. Si la Suprema Corte vota por invalidar la elección de jueces y magistrados vendrá la guerra con la 4T, se repite por aquí y por allá. La ministra de la Corte Margarita Ríos Farjat me dice que de nada servirá a México una sesión que parezca eso, un llamado de guerra: “Somos integrantes del mismo Estado, contribuir a complicar más las cosas sería poco responsable”. Y les pide a los tres Poderes, quizá sueñe: “Insisto en llamar a la reflexión, darnos tiempo para mirar hacia dónde vamos jamás estará reñido con una tarea pública responsable”. El sueño de Margarita se estrella con el mensaje sellado a cal y canto por los legisladores de Morena y la presidenta Sheinbaum, para quienes la reforma judicial no se toca. La Presidenta se pintó de guerra ayer, que nadie lo dude en la víspera: la Corte estaría provocando un problema constitucional, se estaría sobrepasando, cambiaría lo que es ya una resolución del Constituyente. Así que háganle como quieran, Margarita: Sheinbaum y sus monaguillos los han cancelado y, si ustedes se atreven, seguramente aplastarán sus eventuales ocho votos, hoy no hay espacio para mirar hacia dónde vamos.