La reforma judicial aprobada por Morena va a implementarse y ante ello la pregunta es cómo se verá el nuevo Poder Judicial.
Para algunos la expectativa es catastrófica. Estiman que el nuevo Poder Judicial será profundamente corrupto e incompetente y le responderá en todos los casos a Morena. Creen que México se convertirá en una dictadura porque el gobierno no perderá ni un solo juicio.
No descarto la posibilidad de que así sea, pero me parece que lo más probable es que el Poder cambie de maneras mucho más complejas e imprevistas de lo que las visiones más apocalípticas estiman.
Considero que los jueces no le responderán al unísono a Morena por el simple hecho de que es imposible hacerlo. El partido no es uniforme. Es un grupo diverso de intereses variados y en ocasiones contrapuestos que se entorpecen unos a otros. Morena es un mar de ambiciones, con frecuencia francamente mezquinas, que colisionan o se fusionan de formas inesperadas.
Más aun, los jueces no serán seleccionados “por Morena”, sino por tres Comités de Evaluación. Este no es un detalle menor.
Los Comités tendrán cada uno preferencias distintas. El comité del Poder Ejecutivo no tendrá los mismos intereses que el del Legislativo, por el simple hecho de que dentro de Morena hay quien desea ponerle el pie a la presidenta. Y por supuesto, el Comité del Poder Judicial tendrá sus propios objetivos independientes a los dos anteriores.
A ello habrá que agregar un tercer factor importante: la incertidumbre de los resultados electorales. Al final del día, el votante mexicano tendrá la última palabra de quién es juez y eso abre la puerta a resultados inesperados.
No hay que olvidar que, en México, el 40% de los votantes son opositores. Además, las elecciones judiciales tendrán baja participación lo que hará que, en muchos casos, el juez ganador de un distrito podrá definirse por apenas miles de votos. En estos casos la participación de la sociedad civil puede hacer una diferencia.
No tengo duda de que el Poder Judicial se politizará más, pero no lo hará en el sentido burdo de estar capturado “por el gobierno en turno”, sino en el sentido de que hará aún más política propia.
Dentro del Poder Judicial se generarán cotos de poder nuevos e importantísimos: los integrantes de los Comités de Evaluación y los magistrados del Tribunal Disciplinario. Éstas personas pronto comenzarán a crear sus facciones políticas propias.
Estimo que en casos de alta relevancia y cuando el gobierno en turno sea popular, el Poder Judicial sí se pensará dos veces antes de confrontarse con el Poder Ejecutivo. Sin embargo, la realidad es que la mayoría de los casos probablemente continuarán transitando como hasta ahora, sin grandes olas, dentro del universo inexpugnable de la política judicial.