En las primeras horas de este lunes 14 de octubre de 2024, la península de Baja California comenzó su jornada con una serie de movimientos telúricos que, aunque de baja magnitud, nos recuerdan la constante actividad bajo nuestros pies. Para las 6:00 a.m., se habían registrado un total de 35 sismos a lo largo del litoral y en el subsuelo marino del Mar de Cortés, sin causar daños materiales ni afectaciones a la población, pero dejando a muchos preguntándose: ¿por qué sucede esto?
Fernando Gutiérrez R.
Los sismos, a menudo vistos con temor, son en realidad una manifestación natural de la Tierra que nos habla de su dinámica interna. Baja California, específicamente la zona de San José del Cabo, experimentó una cadena de pequeños temblores que, aunque imperceptibles para la mayoría, forman parte de un fenómeno conocido como “enjambre sísmico”.
Este tipo de actividad se caracteriza por la ocurrencia de múltiples eventos sísmicos en un corto periodo de tiempo, usualmente concentrados en una misma área.
En este caso, la mayoría de los temblores tuvieron su epicentro cerca de la localidad turística de San José del Cabo y al otro extremo frente a las playas de San Felipe, bajo subsuelo del Alto Golfo de California.
La Tierra se estremece, pero suavemente
Aquí presentamos una tabla con los sismos más destacados que ocurrieron durante la madrugada de este 14 de octubre de 2024, con sus respectivas magnitudes y localizaciones. A pesar de que la mayoría de los temblores fueron menores a los 2.0 grados en la escala de magnitud, cada uno de ellos aporta al intrigante mosaico de lo que sucede bajo nuestros pies.
Fecha y hora (UTC) Localización Latitud ° Longitud ° Profundidad (Km) Magnitud
2024-10-14 06:04:48 5 km al suroeste de San José del Cabo 23.03 -109.75 10.6 1.5
2024-10-14 06:49:53 6 km al suroeste de San José del Cabo 23.02 -109.75 10.6 1.7
2024-10-14 07:25:19 5 km al sur de San José del Cabo 23.02 -109.72 9.6 2.1
2024-10-14 09:18:49 107 km al noreste de Guerrero Negro 28.61 -113.25 4.1 4.9
2024-10-14 09:58:05 70 km al noreste de Santa Rosalía 27.61 -111.62 13.8 3.7
Se observa que los temblores más fuertes de la madrugada fueron de 4.9 grados y 3.7 grados en las zonas cercanas a Guerrero Negro y Santa Rosalía, BCS lo que, si bien son más potentes, sigue siendo considerado de baja magnitud. En este caso, ninguno de los sismos ha generado alertas mayores, pero su relevancia reside en recordarnos la vibrante vida que lleva la Tierra debajo de su corteza.
¿Por qué tiembla Baja California?
La respuesta está en la geología de la región. Baja California se encuentra sobre la Placa del Pacífico, mientras que el resto del territorio mexicano lo hace en la Placa Norteamericana. Ambas placas se encuentran en constante movimiento, lo que genera fricción y acumulación de tensiones que eventualmente se liberan en forma de sismos. Este es el principio detrás de la famosa Falla de San Andrés, que recorre parte de California y Baja California, y es responsable de muchos de los movimientos sísmicos que sacuden la región.
Pero estos pequeños temblores no deben verse como un simple fenómeno aislado. Al contrario, son una forma en que la Tierra libera energía y reequilibra tensiones en sus capas internas. Cada sismo, por pequeño que sea, nos recuerda que el suelo bajo nuestros pies no está inmóvil, sino que es una capa dinámica y viva que, a lo largo de millones de años, ha moldeado la geografía de todo el planeta.
Baja California, historia de separación y movimiento
Para entender por qué esta región es propensa a los sismos, necesitamos remontarnos a millones de años atrás. La península de Baja California no siempre estuvo donde está hoy. Hace unos 60 millones de años, una placa llamada Farallón ocupaba gran parte del oeste de América del Norte. Con el paso del tiempo, esta placa fue “tragada” por una enorme trinchera, hasta que las placas del Pacífico y Norteamericana entraron en contacto directo, generando lo que hoy conocemos como la Falla de San Andrés.
Este movimiento tectónico también ocasionó la separación de Baja California del resto del continente. De hecho, lo que hoy conocemos como el Golfo de California es el resultado del desplazamiento de la península hacia el noroeste, arrastrada por la Placa del Pacífico. ¡Todo este inmenso proceso geológico sigue en marcha! Es por eso que los pequeños sismos que ocurren en esta región son una señal del continuo movimiento de la Tierra.
Esta actividad lentamente aleja a la península de Baja California del resto del continente a una velocidad de 3.5 cm por año, de tal manera que, aproximadamente en 10 millones de años se convertirá en una isla. De igual manera, las fallas oceánicas permiten la salida del magma, generando expansión del fondo oceánico a razón de unos 6 cm/año.
Los sismos como parte del ciclo natural
Si bien es fácil preocuparse cuando se escuchan noticias de enjambres sísmicos, es importante recordar que estos movimientos forman parte del ciclo natural de la Tierra. Los sismos menores son, en muchos casos, la forma en que el planeta libera tensiones sin causar grandes catástrofes. A veces, estos pequeños movimientos pueden incluso “aliviar” la presión acumulada, reduciendo las posibilidades de que ocurra un sismo mayor.
Eso no significa que debemos bajar la guardia. Vivir en una zona sísmicamente activa implica estar siempre preparados para la posibilidad de un movimiento mayor. Sin embargo, también es una oportunidad para apreciar la historia geológica que nos rodea y reflexionar sobre la extraordinaria dinámica del planeta que llamamos hogar.
Cada vez que sentimos un temblor, ya sea grande o pequeño, la Tierra nos está contando una historia. Nos habla de placas tectónicas que se mueven, de continentes que se separan y de océanos que se expanden. Es una historia que comenzó hace millones de años y que continúa escribiéndose bajo nuestros pies, día tras día, con cada pequeño temblor que sacude la península de Baja California.
Reflexionando sobre el futuro
Los temblores de hoy, aunque pequeños, nos recuerdan que vivimos en un planeta en constante cambio. La mayoría de las veces, estos cambios son tan suaves que apenas los sentimos, pero de vez en cuando, la Tierra nos sacude, recordándonos su poder.
Si bien la ciencia aun no puede predecir exactamente cuándo ocurrirá el próximo gran terremoto, lo que sí podemos hacer es prepararnos, informarnos y estar atento a lo que divulgan los científicos del Servicio Sismológico Nacional sobre fenómenos tectónicos. Conocer la historia geológica de nuestro país y nuestra región y las dinámicas de las placas tectónicas nos ayuda a entender mejor estos fenómenos naturales y a estar atentos ante cualquier eventualidad.
Así que, mientras los temblores continúan, podemos seguir con nuestra rutina diaria, sabiendo que estos pequeños sismos son parte de un proceso natural.