Para ser franco, no me quedó muy claro a qué subió el diputado Raúl González de la Vega a la tribuna del Congreso.
Se suponía que iba a proponer una reforma a la Ley de Educación para fortalecer el civismo, la conciencia de la nacionalidad y el aprecio por la historia, pero en el pecado llevó la penitencia.
Nadie consignó su afán por trascender como el nuevo Vasconcelos, como un Jaime Torres Bodet, un Jesús Reyes Heroles, un José María Pino Suárez, un Justo Sierra o ya muy jodido, un Fernando Solana Morales y si me apuran tantito, un Porfirio Muñoz Ledo o en el otro extremo, un Manuel Bartlett, que también fueron secretarios de Educación.
Pero no, terminó siendo una Delfina Gómez, mínimo.
No. El señor González de la Vega, que abrevó como sus antecesores, del priismo más decimonónico, aunque también mamó de lo lindo al lado de Guillermo Padrés, el panista más icónico de la corrupción de la derecha, pero tuvo el tino de acercarse a Morena y desde allí arrimarse a construir un partido que le fuera funcional a la nueva hegemonía, subió a la tribuna legislativa para soltar de su ronco pecho que ya no aguantaba más, que renunciaba, que tiraba los fierros y emprendía la graciosa huida hacia la condición de ‘independiente’, una categoría que le está vedada por el sólido bloque de su pasado.
No venía al caso su alocución al deslinde de su nuevo partido si estaba hablando de ética, congruencia, civismo, compromisos y demás conceptos que le sangraban la boca, cuando de pronto anuncia que ya no va más en su nueva aventura y se deslinda y acusa de traición y se tira al piso con la faramalla de ‘Octagoncito’ cuando se lanza de la tercera cuerda en pleno combate con la confianza de que, en algún lugar debajo del encordado, habrá alguien que lo ‘cache’ y le haga menos dolorosa la caída.
Así fue, se los juro. El señor González de la Vega, priista de formación, panista de conveniencia, morenista de ocasión y ‘pesista’ (del PS) por sobrevivencia, lanzó toda su historia como confeti y se declaró ‘independiente’.
De la realidad, dirían algunos que no se sabían ese viejo chiste de los 80, pero que hoy, en el nuevo reacomodo de las fuerzas políticas, lo ven con un dejo de suspicacia, si no es que desprecio.
Historias de advenedizos hay muchas y no alcanzaría una columna para consignarla. En el nuevo contexto, han llegado del PRI, del PAN, de MC, del PRD, de cualquier parte.
Pero el caso de Raúl González de la Vega es, por decir lo menos, patético.
Trabajó hace unos años al lado de Alí Camacho, que sudó la camiseta y gastó suela para registrar un nuevo partido, el Partido Sonorense que en 2024 resultó una revelación: ganó seis alcaldías (pequeñas, pero alcaldías) y obtuvo votos suficientes para ganar una posición plurinominal en el Congreso local.
Con el retorcido colmillo que le dio su paso por el PRI y el PAN, a Raúl no se le dificultó amacizar el primer lugar en la lista de ‘pluris’. Lo consiguió.
Pero una vez ahí, condicionó su permanencia a que en 2027, él fuera candidato a gobernador. La historia es larga, pero cuando le dijeron que se esperara tantito, que apenas estaban armando la estrategia, dijo que no. Y que si a alguien le debían el registro del Partido Sonorense era a él y por lo tanto, la candidatura le correspondía.
Le volvieron a decir que no, que se esperara tantito, pero no quiso.
Y ayer ‘tiró los fierros’.
Renunció a grito pelado en la tribuna del Congreso, se declaró independiente y advirtió que todas las posiciones ganadas por el PS eran gracias a él.
Pues ahí tienen que el PS se quedó sin representación en el Congreso local, Raúl González busca acercarse a Morena, donde la fila es larga y ya no les está gustando mucho que ganen posiciones los advenedizos. En el PRI, en el PAN y en MC, que se supone son oposición tampoco le tienen mucha confianza, y entre los aliados de Morena (PANAL, PVEM, PES) también están sacando cuentas…
(Omito aquí consignar que su hijo, del mismo nombre, acaba de ser removido de su cargo en la secretaría Particular del gobernador, porque esa es otra historia, que quizá no tenga que ver con este relato).
El hecho cierto es que el Partido Sonorense, que algunos definieron como la revelación en la elección 2024 por haber ganado seis alcaldías, muchas regidurías y una ‘pluri’ local, se está acercando al despeñadero.
Y en eso tiene que ver mucho el señor González de la Vega, que quiso ser candidato a gobernador en 2027, del mismo modo que la joven lechera de la fábula de Esopo, que llevaba un cántaro lleno para vender mientras pensaba en todo lo que compraría con el producto de esa venta.
Cito:
—Cuando me paguen —se dijo—, compraré de inmediato unas gallinas, estas gallinas pondrán muchísimos huevos y los venderé en el mercado. Con el dinero de los huevos me compraré un vestido y zapatos muy elegantes. Luego, iré a la feria y como luciré tan hermosa, todos los chicos querrán acercarse a hablar conmigo.
Por andar distraída con sus pensamientos, la lechera tropezó con una piedra y el cántaro se rompió derramando toda la leche. Con el cántaro destrozado se fueron las gallinas y los huevos; también el vestido y los zapatos.
Ahí se las dejo.
II
Clase de programa el que ha preparado el Ayuntamiento de Hermosillo para preservar la muy mexicana tradición de celebrar el Día de Muertos. Sí, dije celebrar, porque esa fecha pervive desde tiempos ancestrales como el motivo para la sustitución de las tristezas por la fiesta ritual de recordación por excelencia de quienes ya no nos acompañan en este mundo terrenal.
México es referente mundial del sincretismo pagano-religioso con que se brinda con la muerte, se baila con ella; se motiva la congregación familiar en torno a los recuerdos, las anécdotas, los chistes, las plegarias y oraciones; el esmero en la confección de altares y calacas; la fiesta y el luto; los rezos y el reencuentro con quienes ya no están aquí pero sí están.
Durante tres días, del primero al tres de noviembre el Instituto Municipal de Cultura y Arte ha preparado una serie de expresiones de respeto y burla que en su contradicción solo son posibles en México para el reencuentro de mundos inexplicables en la cosmogonía de otras culturas.
Habrá marcha de Catrinas y las mejores caracterizaciones serán premiadas; en otro reto a la creatividad y el ingenio, se edificarán los altares que siempre son un gozo de culto al más allá, ese plano ignoto donde nuestros muertos y muertas también brindan en su día. Calaverotas, alebrijes y hasta un concurso en el que se premiará los mejores atavismos con que nuestros animalitos domésticos ausentes volverán a estar presentes. Se premiarán las mejores caracterizaciones de los y las ‘catriperros’, ‘catrigatos’, catriaves’ y ‘catricualquieranimalito de compañía’.
La directora del IMCA, Marianna González anunció ayer el programa de estas celebraciones, acompañada del director del Instituto Municipal de Protección y Bienestar Animal, David Palafox Celaya, y Adrián Ruiz, director de marketing del Parque La Ruina donde se llevará a cabo la exposición de Calaverotas.
Por cierto, el gran altar de este año será en honor del recordado poeta y promotor cultural Alonso Vidal, y entre otras actividades habrá música, teatro, artes visuales, presentación de libros y talleres artísticos.
Realmente se volaron la barda con este programa, y qué bueno que Radio Sonora declinó este año (pese a que está celebrando su aniversario 42) a realizar su exitoso concurso de altares que realmente convocaba al ingenio y la creatividad en aras de la preservación cultural, porque estas celebraciones las opacarían bien cabrón. Por cierto, ¿El Instituto Sonorense de Cultura tendrá alguna actividad esos días? Misterio.
Y no es que quiera amarrar navajas, pero al parecer las instituciones estatales pasarán estas fechas dos metros bajo tierra, mientras arriba está la fiesta.
III
Lo que sí está muy vivo y vigente es el Plan Sonora de Energías Sostenibles que ayer fue citado por la presidenta de la República, Claudia Sheinbaum a propósito de la producción del primer automóvil eléctrico mexicano llamado Olinia, que vendrá a competir con otros vehículos de su tipo ensamblados por firmas internacionales de indiscutible peso global, como la mismísima Tesla.
Y es que la presidenta adelantó que Sonora se perfila para ser la entidad donde se instale la más grande plataforma de fabricación de autos eléctricos en el país y esto de ninguna manera es casual.
El gobernador Alfonso Durazo delineó desde el inicio de su gestión el compromiso con el aprovechamiento del potencial que el estado tiene para convertirse en vanguardia de la transición energética aprovechando el potencial de Sonora como el principal productor de los insumos que esta industria requiere, como el cobre, el litio y otros minerales indispensables para liderar políticas globales de combate al cambio climático y el desarrollo de proyectos innovadores.
Ojo: desde la década de los 80 del siglo pasado, no se instala en Sonora una planta ensambladora de automóviles, como fue el caso de la Ford, que sigue siendo un referente mundial no solo por sus volúmenes y calidad de sus productos, sino por la alta calificación de su mano de obra, mayoritariamente sonorense.
“Olinia” sería el primer automóvil eléctrico producido en México y desde su nombre trae la marca de la casa, pues significa ‘Moverse’ en Náhuatl, y está proyectado para convertirse en una opción de movilidad amigable con el medio ambiente -una de las materias en que la presidenta es especialista-, pero también competitiva en términos de precio.
También me puedes seguir en X: @Chaposoto