Las autoridades mexicanas no fijan su posicionamiento tras el envío de una queja formal, pero plantean que se celebre una “reunión de desagravio” para resolver el conflicto
Elías Camhaji / El país
El presidente de México ha lanzado un nuevo dardo contra su homólogo español, Pedro Sánchez. Andrés Manuel López Obrador declaró este viernes que Sánchez “se equivoca completamente” al insinuar que él estuvo detrás de la exclusión del Rey de la toma de posesión de su sucesora, Claudia Sheinbaum. “Está insinuando que fue una decisión que yo tomé, como si la presidenta electa fuera manipulable, es una falta de respeto adicional”, señaló en conferencia de prensa este viernes. El Gobierno mexicano aún no ha fijado su postura después de que EL PAÍS diera a conocer que Exteriores envió una queja formal por el desaire a Felipe VI, el jefe de Estado español, pero la Cancillería mexicana planteó que se celebre una “reunión de desagravio” para resolver el conflicto diplomático.
“Eso es lo que hay que negociar”, señaló este viernes la secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, en conferencia de prensa desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU). La canciller mexicana dijo que ha tenido encuentros con el presidente Sánchez, y su homólogo español, José Manuel Albares, y han coincidido en la necesidad de encontrar una salida al conflicto. “Entiendo muy bien el problema que ellos también ven desde la perspectiva de España, pero creo que la solución la tenemos y creo que hay que llevarla adelante por iniciativa, ojalá ambos puedan tomar la iniciativa”, agregó.
“Detrás de todo esto hay una enorme tristeza porque dos pueblos hermanos, por el interés político de alguno, no podamos tener las mejores relaciones entre los pueblos y entre dos Gobiernos progresistas que compartimos valores y probablemente políticas”, declaró Sánchez el miércoles en Nueva York. La respuesta de López Obrador ha llegado dos días más tarde. “Claro que fue una decisión política”, afirmó. “En política nunca hay vacíos”, agregó. El presidente mexicano, que concluye su mandato el próximo martes, dijo que corresponderá a su sucesora el manejo del asunto. “Quien va a darle continuidad con su criterio, con su estilo, de manera absolutamente libre, porque así lo decidió el pueblo de México, va a ser la presidenta Claudia Sheinbaum”, señaló.
“No se puede poder vino viejo en botellas nuevas”, dijo López Obrador sobre el presente de las relaciones bilaterales. “Ojalá que antes de emitir una opinión, piensen que en México se está llevando a cabo una transformación, una revolución pacífica”, agregó. Pese a las diferencias en el tono, Bárcena y López Obrador coincidieron en que el relanzamiento de los contactos políticos entre ambos Gobiernos no será posible antes de la toma de posesión del próximo 1 de octubre. El acto no contará con representación de España “a ningún nivel”.
El Gobierno español mandó el pasado martes una nota verbal, como se denomina en lenguaje diplomático, aunque se trata de un escrito, en la que se recordaba que el Rey “es el jefe del Estado y, en calidad de tal, asume la más alta representación del Estado español en las relaciones internacionales”. La queja se envió el mismo día que Exteriores anunció en un comunicado que no iba a tener representación en la ceremonia. “En un acto de tanta trascendencia para el pueblo de México, España debe estar representada por su jefe de Estado, demostrando la voluntad mutua de avanzar en beneficio de nuestros pueblos hermanos, con la mirada puesta en un futuro común de prosperidad compartida”, se lee en el documento.
“No es un tema reciente”, insistió Bárcena. La secretaria mexicana de Relaciones Exteriores insistió en que sí hubo una invitación al varios representantes del Gobierno de España, como el presidente o el ministro Albares, pero no al Rey porque no contestó la petición de disculpas que López Obrador envió en marzo de 2019. La funcionaria calificó su relación con Sánchez como “realmente excelente” e hizo votos por que avance el diálogo. “Tenemos la solución y hay que llevarla adelante”, dijo sobre la “reunión de desagravio” que pide México.
“Confío en que esta circunstancia, que hoy pone de manifiesto nuestra diversidad de opiniones, sea también punto de partida para que México y España encuentren pronto nuevas vías de entendimiento basadas en nuestras soberanías y respeto mutuo”, señaló Sheinbaum el pasado miércoles. El Gobierno español consideró “agotadas” las vías para recibir la invitación. Felipe VI estuvo presente en la toma de posesión de López Obrador en 2018, Enrique Peña Nieto en 2012 y Felipe Calderón en 2006. Su exclusión no tiene precedente en la historia reciente de México. Pese a las diferencias, ambos países han descartado una ruptura diplomática formal.