La pandemia de Covid19 modificó el manejo del telescopio que se encuentra en Cananea y que pertenece al INAOE. Ahora, el centro de investigación se conecta desde la Sierra La Mariquita con todo el mundo
Los efectos de la pandemia de Covid19 modificaron a la sociedad alcanzando incluso a los investigadores que indagan dudas sobre el universo. Desde hace más de cuatro años, el Observatorio Guillermo Haro, de Cananea, Sonora, implementó un estrategia de conexión remota a la que los investigadores del cosmos pueden acceder mediante una solicitud de observación al Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica. A través de banda ancha de internet de datos, se permite la conexión al telescopio óptico de tipo Ritchey–Chrétien y sus diferentes cámaras.
Sergio Noriega, delegado del INAOE en Cananea, compartió en entrevista para EL DEBATE que gracias a los recursos digitales, se han podido implementar las observaciones remotas y con el apoyo solo de técnicos, ahora un investigador puede realizar sus observaciones desde cualquier parte del mundo.
¿Qué cambios trajo la pandemia en la organización del uso del telescopio?
Normalmente, cuando un astrónomo solicitaba su tiempo de observación, él acudía a estar físicamente en el telescopio. Antes de eso, de la Pandemia por Covid 19, se recibía a investigadores extranjeros, nacionales. En ese momento, los técnicos no interactuaban con ellos. Cuando ocurrió lo de la pandemia, la idea era seguir utilizando el telescopio. Entonces, se desarrolló una forma de enlazar el telescopio con el mundo. Y se logró hacer eso. Entonces, ya no hubo la interacción del astrónomo de visitar el observatorio y eso se quedó a la fecha. Algunos astrónomos sí han estado viniendo directamente aquí, sobre todo los que viven cerca de la región.
¿Cómo definen quién va a ver primero, quiénes después en las observaciones?
Lo que nosotros recibimos es el programa de observaciones. Nosotros simplemente nos encargamos de tener disponible el telescopio para que el investigador haga uso de él. Sin embargo, el uso va a depender de algo mucho más fuerte y poderoso, como las cuestiones climáticas. Hay temporadas en que indudablemente hay un investigador que no obtuvo nada de información debido al clima. Ese ya simplemente perdió sus noches. Entonces, tiene que esperar el próximo año. Porque el objeto que él está observando pasa.Observatorio Guillermo Haro. Foto: Arturo Félix/ Debate
¿Y cómo llegó a ustedes este programa que permite que estén remotamente?
Aprovechando los recursos de la informática que hay disponibles, las redes, el internet, que fue lo que nos ayudó. El enlace que tenemos ahorita es de la ciudad de Cananea, que sale a la red de líneas de comunicación. Ahorita el mayor limitante es el ancho de banda para tener una muy buena comunicación. A veces se escucha distorsionado. Depende de la red que es de datos. Además, el astrónomo que está en el otro lado, está viendo directamente la pantalla que dirige el telescopio. Como toda la información está viajando y ocupa mucho espacio en el canal de comunicación, no se tiene margen directa del astrónomo, para aprovechar que mejor se pueda ver la información que se está generando en las cámaras y en el telescopio.