Arturo Sánchez Jiménez / La Jornada
Ciudad de México. Juan Ramón de la Fuente y Marcelo Ebrard, designados por la presidenta electa Claudia Sheinbaum como su canciller y secretario de Economía, respectivamente, aseguraron este jueves que Estados Unidos no tiene legitimidad para criticar la reforma judicial mexicana y que el próximo gobierno estará abierto al diálogo siempre que se respete la soberanía nacional.
“El pueblo mexicano es capaz de juzgar lo que más le conviene. Estados Unidos no debería privarles de sus derechos sugiriendo lo contrario”, señalaron los siguientes funcionarios en una carta publicada hoy por el diario estadunidense The Washington Post.
En la misiva, De la Fuente y Ebrard responden a las críticas hechas por el embajador estadunidense Ken Salazar, quien ha asegurado que la reforma dañará la relación bilateral, y por el propio diario que ha argumentado en un editorial que los asuntos internos mexicanos son de interés hemisférico.
“México se encuentra en un proceso interno para abordar la tan necesaria reforma de su sistema de justicia, con el propósito de fortalecer y reforzar su transparencia y eficacia. Estos son valores que tanto Estados Unidos como México comparten. Sin embargo, tanto el embajador estadunidense Ken Salazar como The Post han criticado este ejercicio nacional argumentando que la elección directa de magistrados y jueces -una característica importante de la propuesta, pero no el único cambio considerado- amenaza de alguna manera la democracia mexicana. Esto es a la vez preocupante y desconcertante”, señalaron De la Fuente y Ebrard en el contexto de la pausa decretada por el presidente López Obrador en las relaciones de su gobierno con la oficina de Salazar por las declaraciones de este en contra de la reforma.
“Contrariamente al argumento de The Post de que los asuntos internos de México son un asunto de interés hemisférico, tal interferencia es contraria al principio reconocido por la ONU de que las naciones tienen el deber de no intervenir en asuntos de la jurisdicción interna de ningún Estado. Y la naturaleza del argumento esgrimido por The Post y el Sr. Salazar sugiere un doble rasero: Lo que es virtud en Estados Unidos es vicio en México”, añadieron.
Los también ex funcionarios del gobierno de López Obrador señalaron que México respeta los procesos internos del país vecino aún cuando estos afecten intereses mexicanos y que esperan que Estados Unidos haga lo mismo.
“Así como México respeta el derecho a la autodeterminación de Estados Unidos a través de sus procesos políticos, aun cuando los resultados afecten intereses mexicanos, Estados Unidos debe mostrar el mismo respeto por la búsqueda soberana de México de un poder judicial más transparente, responsable e independiente, un poder judicial más transparente, responsable e independiente, conducido a través de nuestros procedimientos legales constitucionales internos”, declararon.
Afirmaron qué con la mayoría obtenida en las elecciones de junio en México, la presidenta electa podría simplemente llenar la Suprema Corte de Justicia de la Nación con leales, como hacen los líderes en muchos otros países, pero que “su apoyo a las elecciones directas del Poder Judicial es una expresión de apoyo a la democracia mexicana y a la independencia judicial de cualquier administración o líder”.
Adelantaron que México permanecerá abierto a cualquier compromiso constructivo y al intercambio de ideas con Estados Unidos “siempre y cuando esas conversaciones estén arraigadas en el profundo respeto que México y Estados Unidos tienen el uno por el otro y por su soberanía”.