Diego Valadés, investigador del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, augura complicaciones para Claudia Sheinbaum, pues asegura que la reforma judicial le ocasionará problemas de gobernabilidad.
Redacción / El Universal
La aprobación de la reforma judicial es prácticamente un hecho inminente ante el control que Morena y aliados han alcanzado en el Congreso de la Unión. En entrevista para EL UNIVERSAL, Diego Valadés Ríos, investigador emérito del Instituto de Investigaciones jurídicas de la UNAM y exministro de la Suprema Corte, augura problemas para la próxima presidenta Claudia Sheinbaum, pues asegura que enfrentará consecuencias de posible corrupción causadas por los cambios en el Poder Judicial.
- La reforma al Poder Judicial de la Federación plantea una elección dividida en dos partes, la primera en 2025 y la segunda en 2027. Entre esos dos procesos, se estima que se elegirán más de mil 600 cargos. ¿Ve viable una elección de esta magnitud?
Lo que veo es una elección manipulable. La forma como se plantea; que en la lista aparezcan los candidatos del Presidente, Congreso y Suprema Corte, en las condiciones de acoso a las que ésta ha sido sometida, hace muy poco viable que se vayan a emitir votos a favor de esa lista. En cuanto al otro factor, de que la votación se lleve a cabo en paralelo con las elecciones federales, evidentemente le confiere un factor de influencia al Presidente con relación a los electores.
La reforma también está planteando que haya campañas, lo cual es inusitado. ¿Qué es lo que puede ofrecer un candidato a ministro, magistrado o a juez? ¿Sentencias indulgentes? Además, se señala que no tendrán ningún apoyo en cuanto a recursos, de manera que tendrán que pedir prestado, recibir regalado o utilizar su propio patrimonio, todo lo cual habla de una interferencia en el proceso electoral.
- Entonces, ¿considera que esas condiciones se prestan a la intrusión de grupos poderosos? Ya sea dentro o fuera de la legalidad.
Eso está plenamente demostrado. El ejemplo que con frecuencia se menciona por parte de quienes defienden este procedimiento de designación de jueces por la vía electoral, diciendo que en Estados Unidos eso es lo normal. Ahí lo normal es que esas elecciones están totalmente penetradas por la corrupción.
La corrupción se da por dos vías, una por la recepción de recursos de personas que se convierten en los patrocinadores de los jueces y en personas con particular influencia. Cuando llega la elección del juez, si obedecieron las consignas y peticiones que les formularon sus patrocinadores, le vuelven a dar recursos para la reelección. La otra vía consiste en que de acuerdo con la época en la que estén, si se acercan o no a las elecciones, y de acuerdo con el tipo de electorado, las sentencias son más indulgentes o son más severas, según les brinde mayor popularidad.
Además, el solo hecho de exponerse a una elección los hace también posibles víctimas de los intereses en torno a los procesos electorales, como hemos visto en las elecciones de 2021 y 2024; la intromisión de organizaciones delincuenciales que generaron actos de intimidación amenazas cumplidas, privación ilegal de la libertad y homicidios en contra de candidatos.
- Una vez aprobada la reforma judicial en ambas cámaras del Congreso, ¿hay todavía medios o vías para impugnarla?
Ninguna reforma constitucional es impugnable. Sólo se podría impugnar el procedimiento de reforma, pero no el contenido. Eso ya será inatacable.
Entonces, ¿qué sigue para esa resistencia que se ha consolidado contra los cambios que propone la reforma?
No se está atendiendo el estado de derecho, ni los principios más elementales de la razonabilidad de las reformas. A lo que nos vamos a enfrentar en algún momento es a la realidad y será devastadora. Considero que lo que se está haciendo es llenar de problemas el horizonte de la próxima Presidenta, porque todas las consecuencias de esta reforma no se van a producir este septiembre, comenzarán a darse después.
Esto no solo generará rechazo a los cambios, sino un entorpecimiento en general de la vida social. Además, no seremos los mexicanos los únicos afectados, también se va a afectar un importante núcleo de intereses. Es evidente que cuando las calificadoras internacionales modifiquen el criterio que se tiene con relación a la inversión en México o cuando se discutan los temas jurisdiccionales con motivo de la revisión del tratado con Estados Unidos y Canadá en 2026, con toda seguridad van a salir otro tipo de problemas.
- Además de los que ya mencionó, ¿qué otros problemas en puerta ve en la administración de Claudia Sheinbaum a causa de la reforma judicial?
Lo que más va a afectar, desde el primer día de gobierno, es el tema de la impunidad, porque ni siquiera se están mencionando los problemas estructurales reales que impiden una buena justicia. Al contrario, tendremos una peor justicia que generará una mayor inseguridad, entre otras cosas, cuando los propios criminales sientan que cuentan con la impunidad de disponer de jueces elegidos gracias a su influencia o de juzgadores que aceptaron las condiciones que los delincuentes les impusieron para no afectarlos durante la campaña.
Tal cual, lo que vamos a tener en el futuro y va a tener el próximo gobierno, son problemas serios de gobernabilidad porque eso es lo que representa tener una mala justicia; generar espacios para la impunidad, favoritismo y la presión para la obtención de posiciones en la judicatura por parte de grupos económicos, delincuenciales y profesionales. Todo mundo va a querer tener sus propios jueces.
Esta es la primera parte de la entrevista con el reconocido jurista al respecto de la reforma judicial. Espera la siguiente entrega mañana martes 4 de septiembre.