Enrique Méndez y Fernando Camacho / La Jornada
La Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados aprobó esta noche una reforma para prohibir el cultivo de maíz transgénico, aunque se permitirá la importación de maíz quebrado con un uso distinto al consumo humano.
Como parte de las iniciativas de reforma enviadas por el Ejecutivo en el denominado plan C, también se incluyó el derecho de las personas a la alimentación sana y el abasto de agua de consumo doméstico.
Durante la discusión de la reforma, Morena presentó una reforma para introducir excepciones a la prohibición de concesiones para minería a cielo abierto y a la fractura hidráulica en la extracción de hidrocarburos.
En ambos casos, se precisó que la prohibición se aplicará “salvo en los casos que excepcionalmente determine el Ejecutivo federal a través del comité que señale la ley, por su carácter estratégico para el desarrollo nacional”.
Las bancadas resaltaron la medida que implica definir que la tierra estará “libre de cultivos y semillas de maíz transgénicas y todas aquellas genéticamente modificadas”.
Con los cambios, se considera al maíz como “elemento de identidad nacional, como alimento básico destinado al consumo humano y estará libre de cultivos genéticamente modificados, debiendo para ello priorizar su manejo agroecológico.
En el caso del agua, la reforma prevé que no se otorgarán concesiones en zonas con baja disponibilidad del líquido en cantidad y cantidad y solo se autorizarán asignaciones descontadas a centros de población para garantizar el consumo personal y uso doméstico.