Roberto López / Conecta Arizona
Ciudad Obregón se ubica en el corazón del Valle del Yaqui y es la cabecera municipal de Cajeme, según registros del Censo de Población y Vivienda 2020 del Inegi (Instituto Nacional de Estadística y Geografía) habitan 329 mil 404 personas, y sus principales actividades económicas son agricultura, ganadería, pesca, comercio y la industria manufacturera, de acuerdo a datos del Consejo de Promoción Económica de Ciudad Obregón.
Mediante la explotación de la actividad agrícola, Ciudad Obregón encontró su potencial de riqueza que trajo la llamada “revolución verde” de la mano del científico Norman E. Borlaug, aspecto que la convirtió en un lugar atractivo para los negocios e inversiones, pues también la ha favorecido su cercanía con la frontera de Arizona, ubicada a 538 kilómetros al norte, así como la conexión que tiene a la red carretera federal y estatal. Aunado a la infraestructura portuaria de Guaymas.
Sin embargo, organizaciones criminales transnacionales han aprovechado su ubicación estratégica e infraestructura, razones por las que -desde hace 10 años- forma parte de las 50 ciudades más violentas del mundo, de acuerdo al ranking anual del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal A.C.
Desde el año 2019 se encuentra entre las cinco ciudades más violentas; en 2023 ocupó el segundo lugar a nivel mundial con 117.83 homicidios por cada 100 mil habitantes; ese mismo año cerró con un hecho violento significativo, el 29 de diciembre de 2023 se registró un ataque armado durante una fiesta privada, donde las autoridades consignaron la muerte de seis personas, una de ellas catalogada como lo que -en argot policiaco- denominan “objetivo prioritario” o “generador de violencia”.
Lo significativo del hecho fue que durante el ataque fallecieron dos menores de edad que asistieron al festejo, y como resultado se contabilizó a más de 20 personas heridas. Acción que muestra cómo la violencia criminal puede alterar significativamente la vida cotidiana de quienes viven en contextos sociales marcados por el tráfico de drogas, que también ha sido parte de la violenta historia reciente de Ciudad Obregón.
El periodista José Reveles consignó en su libro El cártel incómodo. El fin de los Beltrán Leyva y la hegemonía del Chapo Guzmán la importancia de Ciudad Obregón para estas organizaciones, pues señala que “Ciudad Obregón fue conocida como ‘El Culiacancito’, al haber sido refugio de narcotraficantes famosos, entre ellos Rafael Caro Quintero y Miguel Ángel Félix Gallardo”.
Públicamente, poco se habla de las organizaciones criminales y grupos armados que operan en la entidad y en la zona de Ciudad Obregón; no obstante, El Sol de Hermosillo en su publicación digital titulada Grupos armados que operan en Sonora: la lucha por el tráfico de drogas y personas, con fecha de 25 de octubre de 2022, ofrece una radiografía sobre la presencia de estas organizaciones a partir de documentos de inteligencia filtrados por Guacamaya Leaks.
Al respecto, la publicación comenta sobre la presencia delictiva en Ciudad Obregón al mencionar que, además del Cártel de Sinaloa, también predomina la presencia de la Organización Criminal de los Beltrán Leyva, “quienes a través de Los Chapos Trinis, operan principalmente en Guaymas, Empalme y Cajeme. Liderados por ‘El Telcel’, como eran conocidos anteriormente, Los Chapos Trinis mantienen una alianza con Caro Quintero y el CJNG”, organizaciones con las que en la cotidianeidad conviven las y los habitantes de Ciudad Obregón.
Vida cotidiana alterada por la violencia criminal
La vida cotidiana en Ciudad Obregón tiene prácticas sociales, culturales, políticas o económicas que se han visto afectadas por la violencia criminal al trastocar la cotidianeidad de sus habitantes, a raíz del incremento de homicidios y desapariciones derivado de la pugna entre organizaciones delictivas relacionadas, principalmente, al tráfico de drogas.
Alma, joven habitante de Ciudad Obregón quien accedió a ser entrevistada a cambio de no revelar su nombre, habló acerca de lo que se vive en esta latitud de Sonora en la que considera que -a raíz del incremento de la violencia relacionada al tráfico de drogas- sus habitantes han experimentado vivir con miedo e inseguridad y cambios en las relaciones sociales.
“Estar caminando en la calle o estar en la casa y escuchar pasar las patrullas, escuchar pasar ambulancia sí es, por ejemplo, si estoy en la calle, pues sí te genera cierta incertidumbre, no, como cierta inseguridad, de que no sabes qué está pasando y no sabes si puede ser cerca y no sabes si es lejos o si es pasando por la casa”.
Indicó que, en lo personal, ha cambiado sus rutinas diarias al salir a la calle porque la “narcoviolencia” la ha obligado a hacerlo como también lo han hecho sus amigas y amigos, actitud que muestra la preponderancia que el problema tiene para la vida cotidiana de varias personas en Ciudad Obregón.
“Sí la voy a pensar 2 mil 345 veces, no, antes de salir. O sea, muchas veces a lo mejor hay eventos (sociales) y cosas así, y ni siquiera me animo; o sea, ni siquiera los empiezo a considerar porque pienso, no, pues es una noche y es en tal área de la ciudad. Entonces ni siquiera, o sea, ni siquiera puedo empezar a considerar ir, pues por cómo está la situación”.
Esta situación, considera, se debe a que por el tráfico de drogas (al ser una actividad ilegal), las organizaciones dirimen sus diferencias de forma violenta, como sucedió el 29 de diciembre de 2023, y buscan lograr el control de la venta de drogas y otras actividades ilegales como la extorsión, como lo comentó Esmeralda, a quien entrevisté con motivo de un estudio sobre el sentido de vida de las y los jóvenes que viven en este tipo de contextos.
“La gente mata para ganar la plaza, incluso, en mi colonia, pues sí hay muchos (consumidores de droga); por ejemplo, es algo muy normal y como es muy normal ya cualquiera lo hace, pues ya hay personas que usted las mira y se miran súper normales, pero resulta que ellos también son consumidores. Y aparte ha ocasionado robos, muertes, desapariciones”.
Estela, quien también accedió a ser entrevistada a cambio de resguardar su identidad, expuso que en Ciudad Obregón la violencia criminal asociada al tráfico de drogas afecta la vida personal y cotidiana de la población que no participa en esta actividad delictiva, y la consecuencia es una pérdida de sentido de comunidad; esto indica la existencia de un tejido social roto y una pérdida de confianza en las instituciones de seguridad.
“Primero que nada la inseguridad en general, porque, aunque no estés involucrado en un conflicto que tenga que ver con drogas, el hecho de que haya grupos delictivos peleando dentro de la ciudad, y en sus afueras, lo hace inseguro para el resto de las personas. Porque se ha sabido de muchas personas que no tenían nada que ver, que no estaban involucradas y se han visto afectadas por este tipo de confrontaciones”.
En resumen, las y los habitantes de Ciudad Obregón resienten y resisten ante la violencia cotidiana que les obliga a limitar su movilidad en ciertos horarios y zonas de la localidad por el temor a ser víctimas colaterales entre organizaciones delictivas. Paulatinamente han restringido sus relaciones sociales al evitar interactuar con otras y otros por miedo a ser víctimas o vistos con desconfianza; y, sobre todo hay una desconfianza hacia las instituciones de seguridad. Tema que abordaré en otra entrega sobre este problema en Ciudad Obregón.