A finales de 2016, después de que la paraestatal adjudicó un gasoducto a WhiteWater, Javier Gutiérrez Becerril compró con recursos no declarados una casa con piscina en Montpellier.
Salvador Frausto y Esteban David Rodríguez
Lattes es una pequeña villa, al sur de Francia. La abraza en su extremo occidental el afluente río Lez que, antes de desembocar en la costa mediterránea, hace una pausa y penetra en la zona urbana hasta el puerto Ariane, un espejo de agua circular rodeado de condominios, bares, cafés, precedido por otro estanque en el que flotan un centenar de lanchas deportivas y otras embarcaciones de esparcimiento.
En el extremo oriental de los inmediatos confines urbanos de Lattes se encuentra uno de los recodos más exclusivos de la villa, compuesto por un conjunto de fincas o quintas de recreo, delimitadas por tapias blancas en su mayoría, detrás de los cuales se hallan chalets y caserones con repetidos techos de paloma en color ladrillo, y en cuyos jardines interiores sobresalen palmeras, sauces llorones y, sobre todo, pinos piñoneros.
Justo al final de Emmanuel Chabrier, una de las calles cerradas del conjunto, se halla el número 10 que corresponde a la entrada más discreta, apenas un acceso de unos tres metros de ancho, delimitada por un zaguán de madera. Junto al timbre de la mansión francesa está escrito el nombre de Javier Gutiérrez Becerril, un ex ejecutivo de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) durante la gestión peñista, ahora investigado en Estados Unidos bajo presunción de fraude.
Al sur del distrito de Montpellier, en la comunidad de Lattes, está la finca que fue adquirida por Gutiérrez en diciembre de 2016, de acuerdo con registros del servicio público de la propiedad francesa ―Service de la Publicité Fonciere (SPF)― obtenidos por MILENIO.
La compra se hizo cuando aún se desempeñaba como subdirector de Modernización y Nuevas Áreas de CFE y solo 10 días después de que la paraestatal adjudicó el contrato de construcción del gasoducto Conector Waha, por varios cientos de millones de dólares, a WhiteWater Midstream (WWM), empresa de Matthew Calhoun, un socio en negocios eléctricos de Gutiérrez.
Calhoun y Gutiérrez habían compartido antes la administración de Antaeus Group LLC, una firma creada al instante en 2013 con miras al mercado energético. A las pocas semanas de su constitución ya era beneficiaria de contratos de CFE, donde despachaba, desde enero de ese año, un aliado político y de negocios, Guillermo Turrent Schnaas, director de Modernización de la paraestatal, quien nombró al propio Javier Gutiérrez como su segundo de a bordo.
Turrent y Gutiérrez tomaron el control de CFE International LLC (CFEi), filial estadunidense de la paraestatal mexicana, en 2015. Según investigaciones judiciales en México y Estados Unidos, la empresa se convirtió en el eje de un esquema de saqueo a CFE que involucró a una red extendida de compañías.
De acuerdo con relaciones de depósitos a las que tuvo acceso este medio, la red incluía a Espíritu Santo Holdings (ESH), empresa fachada offshore de los famosos defraudadores Santiago León y Eduardo Zayas, vinculados a negocios irregulares con taxímetros en la Ciudad de México.
ESH habría sido la fuente de financiamiento para JG Energy Consulting Corporation, otra firma creada por Gutiérrez —cuyo domicilio era la dirección particular de su socio Calhoun—, a través de la cual compró la propiedad de Lattes, Francia, de acuerdo con la Declaración de Trámite con número de registro 2023114 del SPF.
Adicionalmente, Gutiérrez adquirió una casa de lujo en Cuadro Lane en 2018, un exclusivo desarrollo en un distrito céntrico de Houston, en Estados Unidos.
Consultado vía correo electrónico, Javier Gutiérrez Becerril dijo a MILENIO que ambas propiedades –la de Lattes y la de Houston– fueron compradas con “recursos provenientes de servicios prestados de manera legítima por JG Energy Consulting Corporation no conectados a Whitewater o no conectados de manera directa o indirecta a proveedores de Comisión Federal de Electricidad y/o proveedores de sus subsidiarias o filiales”.
El ex directivo de la CFE declinó comentar a qué se dedica actualmente, pero añadió que sus ingresos y los de las empresas donde ha participado fueron declarados en Estados Unidos y en México. Y añadió que los “recursos provenientes de la liquidación como empleado de CFE” también sirvieron para adquirir sus inmuebles.
Sin embargo, las autoridades mexicanas señalan que “el servidor público no aceptó hacer públicos sus datos patrimoniales” en 2014, 2015, 2016 y 2017 –cuando ocupó cargos directivos en CFE.
Un refugio mediterráneo
La vista aérea del conjunto residencial muestra la tranquilidad de una comunidad habituada al ciclismo y al senderismo. Los vecinos y visitantes pueden admirar una espléndida variedad de fauna: cigüeñas blancas, flamencos rosados, patos, caballos… La casona de Javier Gutiérrez está a sólo 6 kilómetros del mar, donde el ex funcionario mexicano probablemente practica su deporte favorito: nado en aguas abiertas.
La página de Facebook Reto Acapulco Aguas Abiertas reseñó en noviembre de 2015: “José Gutiérrez Becerril llegando a Puerto Marqués, tocó tierra y siguió para completar sus 22 kilómetros en seis horas 10 minutos. En 1988, José cruzó el Canal de la Mancha, Inglaterra-Francia, con un registro de ocho horas 55 minutos realizando la mejor marca hasta ese año de un mexicano en el Canal. Un honor para nosotros tenerlo como participante en el reto. ¡¡¡Felicidades José!!!!”
El entonces directivo de la CFE compró la casa de Francia un año después de la hazaña acapulqueña. La mansión en cuestión tiene unos 510 metros cuadrados de superficie, y en imágenes aéreas puede apreciarse desde la lente de un dron, en el interior, bajo un ramillete de palmeras, una piscina amplia, en la que sobresale el cuello de una chimenea.
De acuerdo con los documentos de la compra-venta consultados por MILENIO, la propiedad fue adquirida el 19 de diciembre de 2016 por JG Energy Consulting Corporation, la firma fundada por Javier Gutiérrez, en 460 mil euros, equivalentes a casi 9 millones de pesos.
Pero hay un detalle: los ingresos declarados por la consultora de Gutiérrez —consignados en un memorándum de CFEi dentro de su litigio contra WWM, sus ejecutivos, y los ex funcionarios implicados, por la asignación irregular de contratos “por miles de millones de dólares”—, eran insuficientes para adquirir la quinta de recreo mediterránea.
Javier Gutiérrez fundó JG Energy Consulting Corporation el 13 de enero de 2014, para la cual registró como dirección el número 2455 de Dustan Road, en Houston, Texas, que resultó ser el domicilio particular de su socio y amigo, Matthew Calhoun, el CEO de WWM.
Según la declaración de Sam Anson, uno de los testimonios aportados como evidencia por CFEi en el procedimiento judicial 1782 (que obra en el expediente público correspondiente al caso N° 4:22-mc-00896 que se dirime en el tribunal del Distrito Sur de Texas), JG Energy Consulting Corporation declaró ingresos por 100 mil dólares en 2014, provenientes de transferencias de Antaeus Group y sus filiales; en 2015 captó 54 mil dólares y en 2016, 202 mil 300 dólares.
De modo que los ingresos de la consultora apenas alcanzaban los 360 mil dólares, insuficientes para cubrir los 460 mil euros del costo del refugio mediterráneo. El contrato de compraventa consigna que la transacción se efectuó en una sola exhibición, y sin que mediara ningún respaldo hipotecario. Dicho de otra manera, la compra se concretó con recursos no declarados.
La compra en Lattes de hace ocho años parece haber sido atinada. Actualmente, una propiedad similar en tamaño y características –piscina y ubicación– a la de Gutiérrez Becerril cuesta unos 2.5 millones de euros, casi 50 millones de pesos, según los precios de venta en páginas inmobiliarias consultadas por MILENIO.
La conexión de Whitewater
La adquisición de la propiedad francesa de Javier Gutiérrez Becerril parece sintonizada con la captación de contratos de CFE por parte de su socio en WWM. La compra se concretó el 19 de diciembre de 2016, diez días después de que CFEi adjudicó por cientos de millones de dólares el contrato del Conector Waha a WWM.
El objetivo era desarrollar la conexión de Whitewater, de WWM, al cabezal de Waha —el mayor concentrador de gas de Texas—, de la que fluía el suministro de gas natural a México desde el oeste texano. El Conector Waha sería un gasoducto de 17 millas.
En el litigio, CFE ha sostenido que era innecesaria la construcción del conector en ese momento, pues ya existían varios gasoductos conectados a ese punto que podían suministrar gas a México, incluyendo otro en desarrollo por NGPL.
Además, CFEi aún no había adjudicado el contrato de suministro de gas desde el oeste de Texas, por lo que el conector no cubría una necesidad específica. Dicho contrato implicaba una adjudicación adicional por más de 10 mil millones de dólares. El 9 de marzo de 2017 se consumó oficialmente esa asignación. Gutiérrez Becerril participó activamente en el proceso de solicitud de ofertas y en la decisión de adjudicar los contratos señalados.
Hay que recordar que Guillermo Turrent Schnaas y Matthew Calhoun entraron en contacto desde la primera década del siglo, cuando ambos fueron vendedores en Shell.
En la gestión presidencial de Peña Nieto, Turrent y Gutiérrez llegaron a la estructura corporativa de CFE bajo la administración de Francisco Rojas Gutiérrez (2012-14), y se quedaron en la de Jorge Ochoa Reza (2014-16) y en la de Jaime Francisco Hernández Martínez (2016-18). Turrent fue director de Modernización de enero de 2013 a mediados de 2016, y Gutiérrez se desempeñó como subdirector de Modernización desde abril de 2014.
Pero el paso clave de los funcionarios para el impulso de sus negocios privados con recursos públicos de la paraestatal, lo dieron en 2015, cuando quedó en sus manos la creación, lanzamiento y administración de la empresa privada de CFE en Texas, encargada de la compra y traslado de gas natural a México: CFEi.
Turrent fue director de junio de 2016 hasta diciembre de 2018, y Gutiérrez fue director de Operaciones –ganaba unos 100 mil pesos mensuales netos, según el tabulador salarial de CFE– de junio de 2016 a febrero de 2019.
Mientras Turrent y Gutiérrez mantuvieron una posición sólida en la paraestatal mexicana y en su filial privada de Texas, fluyeron numerosas asignaciones de contratos públicos, por miles de millones de dólares, a la empresa de su socio, WWM y sus filiales, incluida Antaeus Group y, a su vez, a JG Energy.
Los recursos de Espíritu Santo
A la cadena de firmas y subsidiarias ligadas al esquema de saqueo presuntamente implementado por Turrent, Calhoun y Gutiérrez, se suma Espíritu Santo Holding LP (ESH), la ‘offshore’ de los reconocidos defraudadores Santiago León y Eduardo Zayas.
León y Zayas armaban empresas fondeadas con recursos de particulares que buscaban instrumentos de inversión rentables y caían en los engaños de estos defraudadores, quienes negaban después la inversión principal con toda clase de argumentos. Se movían en círculos del poder económico en México, incluido el ámbito del espectáculo —defraudaron, por ejemplo, a la actriz Leticia Calderón— y el sector gubernamental.
Una de las empresas que ESH controlaba era Lusad S. de R. L. de C.V. o Servicios Digitales Lusad, que tenían la concesión para la sustitución, instalación y mantenimiento de 138 mil taxímetros digitales de la Ciudad de México, “con sistema de geolocalización y para el desarrollo, operación y explotación de una aplicación móvil para solicitar el servicio de taxi de forma remota en la Ciudad de México”.
Siendo jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum canceló la concesión, dijo que era onerosa y abusiva, y, en cualquier caso, una mala herencia de la administración que la precedió, la de Miguel Ángel Mancera. ESH terminó demandando al Gobierno de México, ante los mecanismos de arbitraje del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Caso N° ARB/20/13 en CIADI), con la exigencia de un pago de 2.8 millones de dólares, más intereses, honorarios de abogados, y compensaciones adicionales. El litigio continúa.
Mientras tanto, en 2022, Eduardo Zayas fue atrapado y enfrenta proceso en tribunales de la Ciudad de México por defraudación de particulares. Ahora sabemos que ESH también fondeaba a JG Energy Consulting Corporation, la empresa del ex ejecutivo de CFE y CFEi, Javier Gutiérrez Becerril.
En un mensaje electrónico fechado el 15 de mayo de 2018, del que MILENIO obtuvo copia, Javier Gutiérrez admite que parte de sus gastos eran sufragados por ESH, y adjunta una relación de depósitos a la cuenta de JG Energy en Bank of America, entre los que figura uno de la ‘offshore’ en cuestión por 243 mil dólares.
Gutiérrez refiere: “Depósitos a la cuenta 0093 (1) los estados de cuenta mencionan que esta transferencia se realizó para compensar el pago adelantado de US $40K realizado al vendedor. (2) Los depósitos de US $243K provienen de un cliente al que presté servicios de consultoría durante aproximadamente 10 meses (2017 y 2018) […]. Tenga en cuenta que las facturas enviadas a Espiritu Santo Holdings LP incluían una serie de gastos en los que incurrío el año pasado y que este año ya se pagaron a través de mi cuenta Amex”.
La relación incluye depósitos de CFEi.
La mansión texana
La quinta de recreo en Lettes no es la única propiedad adquirida por Javier Gutiérrez. También compró una de las casas de lujo de Cuadro Lane, un exclusivo desarrollo habitacional en un distrito céntrico de Houston, Texas, que alberga unos 70 de estos palacetes de estilo neocolonial, en una superficie aproximada de ocho hectáreas.
El costo de estas casas, que ocupan una superficie de unos mil 400 metros cada una, supera el millón y medio de dólares (27 millones de pesos), según informan páginas inmobiliarias consultadas. De acuerdo con la escritura pública, fue comprada por Gutiérrez en junio de 2018.
Con base en datos de investigaciones en curso, otro que compró una mansión en 2018, pero en Austin, Texas, fue Matthew Calhoun, el socio, sin hipoteca de por medio y con valor de 2.5 millones de dólares.
Las autoridades estadunidenses también están indagando los tratos de Turrent y Gutiérrez con la empresa mexicana de oleoductos Fermaca, otra compañía que obtuvo miles de millones de dólares en contratos de oleoductos naturales y que transportó a Turrent y Gutiérrez en un jet privado.
Y mientras crece el caudal inmobiliario de personajes involucrados en contratos de gasoductos, el juicio contra los ex directivos de CFEi sigue su curso en los tribunales de Texas, Estados Unidos.
Enlace: https://www.milenio.com/politica/jefe-cfe-compra-casa-francia-dinero-declarado